Si bien es cierto que el presidente Gustavo Petro no habló en la plenaria de la ONU de avanzar hacia la legalización de la producción, tráfico y consumo de narcóticos, aunque sí calificó de fracaso la lucha antidroga, lo claro es que la despenalización y descriminalización de este flagelo ha tenido en los últimos años más peros que apoyos.
Incluso varios países que han optado por esta ruta debieron empezar a reversar o desacelerar esa flexibilización ante el tema de las drogas que producen dependencia.
Académicos, expresidentes y analistas consideran que el enfoque marcadamente represivo y de combate al narcotráfico no da resultados y que, por tanto, es imperativo cambiar de óptica. Por ello prefieren enfilar la acción de las autoridades nacionales y trasnacionales hacia un escenario de legalización gradual, en el que prime el tratamiento de salud pública por encima del típicamente penal, más aun siendo claro que la ilegalidad es un factor que aumenta las ganancias de los traficantes.
Y es que más allá del arsenal de argumentos teóricos sobre la viabilidad de un cambio de enfoque de la lucha antidrogas, así como de los países que han avanzado en legislaciones tolerantes con la producción legal y consumo recreativo de estupefacientes, los resultados en el día a día han evidenciado no solo un peligroso aumento de la drogadicción sino que el fenómeno de la criminalidad no desaparece automática ni definitivamente.
Uruguay
En 2013 Uruguay sorprendió al mundo al ser el primer país en regular la producción, distribución y venta de marihuana. En su momento la medida fue aprobada con 16 votos a favor y 13 en contra.
De esta manera, la droga es posible conseguirla de tres maneras: cultivarla en casa para el consumo personal, acceder a ella a través de un club de consumo o comprarla en farmacia. La compra es nominativa, limitada a 40 gramos mensuales por usuario. Y el Gobierno autorizó a dos empresas privadas para producir y distribuir marihuana.
Sin embargo, la oferta estatal ha sido insuficiente y de débil potencia en las farmacias, lo que llevó a una mayoría de consumidores a recurrir al mercado negro.
Por eso el Gobierno proyectó vender el cannabis en farmacias para atraer un mayor número de consumidores recreacionales al mercado formal.
De acuerdo con un estudio publicado por el Ircca (Instituto de Regulación y Control de Cannabis), solo el 27% de las personas que adquieren esta droga lo hacen de forma legal.
Sin embargo, las farmacias habilitadas son pocas en relación con la población total, y persisten las dificultades para acceder al sistema financiero a causa de las legislaciones internacionales.
Países Bajos
En Países Bajos, la posesión, el consumo y la venta al por menor de menos de cinco gramos de marihuana en los "coffee shops" se toleran desde 1976, así como el cultivo de menos de cinco plantas.
Sin embargo, desde 2012, una polémica ley impuesta en tres provincias del sur (Limburgo, Brabante Septentrional y Zelanda) prohíbe la venta a no residentes y turistas. La capital, La Haya, prohibió el cannabis en el centro de la ciudad desde abril.
Sin embargo, desde finales de 2021 la Alcaldía de Ámsterdam, respaldada por la Policía y la Fiscalía del distrito, hizo públicas sus intenciones de prohibir a los turistas extranjeros el acceso a los "coffee shops", locales de venta y consumo de marihuana, debido al aumento de demanda de drogas blandas provocado por el "turismo del cannabis".
Portugal
Por su parte, Portugal en 2001 despenalizó el consumo de drogas y se concentró en tratar a las personas como pacientes, no como delincuentes. En 2018, fue uno de los primeros países de la UE en legalizar el cannabis medicinal y, en consecuencia, creó uno de los mejores entornos para cultivar y producir cannabis medicinal del mundo.
Por ahora en este país ibérico se busca la producción de cannabis de uso adulto, que puede servir de modelo en otras latitudes. El caso de Portugal es único, ya que está cambiando las relaciones públicas del cannabis. Y también se consolidará cómo Portugal seguirá demostrando que tiene lo que se necesita para ser el epicentro del cannabis en Europa, un líder al que seguirán otros países y el hogar de los productores más grandes e innovadores de la UE.
Otros países
En México la legalización de la marihuana está pendiente y es que hasta el momento no se ha alcanzado un consenso respecto a su consumo y comercialización. Apenas en marzo de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que aunque al interior del Gobierno se analiza la posibilidad de legalizar la marihuana, no se ha alcanzado un consenso por los daños que causa su comercialización y consumo, entre ellos –dijo– el 75% de los homicidios dolosos en el país.
En Alemania el consumo de marihuana podría legalizarse y el debate aún está abierto. “Aunque todas las señales apuntan hacia la legalización, cada tres minutos un consumidor de cannabis es penalizado en Alemania según la actual ley de estupefacientes. Hasta que las tiendas especializadas autorizadas tengan realmente cannabis en sus estantes podrían pasar años. Por esto, activistas exigen como primera medida la despenalización inmediata del consumo de cannabis, tal y como permiten las convenciones de la ONU”, señaló el medio local DW.
Los Estados Unidos han logrado la legalización y regularización del cannabis de uso adulto, médico y científico en por lo menos 16 estados, sumándose a un nuevo mercado global que ha generado en este país más de 200 mil nuevos empleos a 2018.
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Lo que sucede en Colombia
Solo hasta julio del 2016 se firmó la ley con la que se reguló el uso médico y terapéutico del cannabis. El representante Juan Carlos Losada, del Partido Liberal, quien ha presentado tres veces el proyecto que regula el cannabis de uso adulto, ha dicho que “es absurdo que en Colombia sea legal consumir cannabis de uso adulto, cultivarlo y transportar cannabis de uso adulto, pero que siga siendo ilegal adquirirlo. Esperamos que el Congreso, que hoy tiene una mayoría liberal y progresista, apoye contundentemente nuestro proyecto de regulación del cannabis de uso adulto. Además, es un primer paso para cuestionar la fallida guerra contra la droga, que a Colombia solo le ha dejado estigmas y muertos”.
La posición de expresidentes
El expresidente Juan Manuel Santos ha reiterado que “legalizar” algunas drogas es “el único camino” para combatir a los grupos de narcotraficantes y las problemáticas de los consumidores. El narcotráfico, o por lo menos la violencia que genera, se acabará cuando adoptemos una política diferente al prohibicionismo y la represión”.
"Hay que mirar a las personas afectadas como pacientes y no como criminales, tratarlos de manera humana, garantizando sus derechos fundamentales", dijo el exmandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso. Y consideró que el cannabis es un caso en el que podría considerarse "no una liberación, pero quizás una regulación" del consumo.
Lo que dice la ONU
La legalización del cannabis en algunas partes del mundo parece haber acelerado el consumo diario y las consecuencias relacionadas para la salud, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
De acuerdo con el estudio, publicado en junio de este año, se muestra el aumento sin precedentes de la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevos mercados y las continuas deficiencias en la disponibilidad de tratamientos contra las drogas, especialmente para las mujeres.
Según el Informe, alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo en 2020, lo que supone un aumento del 26% respecto a la década anterior.