Esta semana comenzó con un nuevo crimen dentro del sistema de Transmilenio que generó indignación en la ciudadanía: se trató del asesinato de un joven de 15 años que estuvo involucrado en una riña el sábado por la noche, a la altura del Distrito Grafiti en la calle 32.
Este nuevo caso de intolerancia –pues al parecer el joven tropezó con un ciudadano de nacionalidad venezolana quien, por lo mismo, le propinó una puñalada que terminó siendo fatal– hace que una pregunta sea ineludible: ¿Qué está pasando con la intolerancia en la ciudad de Bogotá?
El pasado 6 de octubre el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, advirtió que por lo menos la mitad de los asesinatos son producto de riñas que se salen de control por hechos de convivencia que se podrían resolver a través de la vía del diálogo.
“Hoy tenemos menos delitos, pero tenemos más violencia, más homicidios cometidos con sevicia. Tenemos muchos desafíos en materia de convivencia, de tolerancia y de prevención, pues en la ciudad de Bogotá cerca de la mitad de los homicidios obedecen a intolerancia, violencia intrafamiliar, exceso de consumo de alcohol, una riña que se sale de control, etc. De modo que tenemos desafíos diferenciales: uno de crimen duro de justicia, de investigación e inteligencia, pero también tenemos que trabajar con la ciudadanía para prevenir violencias y evitar situaciones de riesgo que se salgan de control y que se puedan atender por vía del diálogo”, indicó en el marco de la última semana el secretario distrital.
Tres factores que explican el aumento
Es claro que por lo menos la mitad de los homicidios que se cometen en la ciudad responden a actos de intolerancia pero, ¿cómo se puede explicar este fenómeno? A este respecto, el experto en seguridad urbana y ex subsecretario de Seguridad Andrés Nieto le explicó a EL NUEVO SIGLO que hay dos tipos de homicidios, de los cuales uno efectivamente sí se ha incrementado (aquellos que responden más a temas de convivencia), y explicó el porqué.
Hay dos tipologías en homicidios para tener clara su clasificación: uno que se denomina homicidio instrumental, relacionado con sicariato, ajuste de cuentas, venganzas y deudas de honor. Y está el homicidio social, que es el que escala de cualquier riña y la mayoría de las personas involucradas no tienen antecedentes.
“Este segundo tipo de homicidio es muy particular, porque en los últimos diez años ha variado entre estar en el 49 % al 65 % del total de las muertes, aunque ahora no estamos en el pico, que fue en el 2019. Estas son muertes que desgastan a la policía, porque deberían evitarse con cultura ciudadana, convivencia o respeto en el espacio público y sí se han incrementado los homicidios sociales”, explicó a EL NUEVO SIGLO Andrés Nieto.
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Aumento en la desconfianza
Con esta claridad, ¿a qué se ha debido este incremento en los actos de intolerancia? Si bien son varios los factores, el experto Nieto se refirió a tres hechos en específico, claves para entender los niveles de volatilidad que se están evidenciando hoy.
El primero de ellos es que, de acuerdo con un análisis que adelantaron las universidades Libre y Central, seis de cada diez bogotanos, una proporción alta, estarían dispuestos a tomar la justicia por mano propia o responder a un insulto o agresión en el espacio público. Y tres de esos seis estarían dispuestos a acceder a un arma.
El segundo de ellos responde a que, pasada la pandemia, cuando las personas regresaron a compartir el espacio público y el sistema de transporte, “llegaron con una variable que no se tenía antes: la desconfianza y la irritabilidad frente a otro, fuera por el contagio o por las pertenencias personales. Eso ha hecho que las personas estén permanentemente activadas para tener una respuesta violenta, verbal o físicamente y ese es un fenómeno que se ha exacerbado”, añadió a este medio de comunicación el experto Nieto.
Y en tercer lugar, el experto indicó que en Bogotá alrededor de siete de cada diez llamadas que recibe la línea 123 no están relacionadas con temas de crimen y delincuencia, sino con temas que deberían ser solucionados de manera pacífica, como el ruido entre vecinos, el excremento de los animales de compañía, etc.
“Esto lo que hace es que todo problema de convivencia o de cultura ciudadana que las personas no puedan tramitar por medio del diálogo termina colapsando a las autoridades”, concluyó el experto nieto.
Por último, vale referir que el asesinato del joven de 15 años fue rechazado por la alcaldesa Claudia López, quien solicitó celeridad en el esclarecimiento de los hechos. “Mi rechazo absoluto a este acto infame de intolerancia en el que un menor fue asesinado. La vida es sagrada. Las autoridades de Policía y judiciales están en la búsqueda del responsable para judicializarlo”, trinó a través de su cuenta de Twitter la mandataria distrital.