¿Cómo frenar la extensión de narcocultivos? | El Nuevo Siglo
Se reporta un aumento del 43% en el número de hectáreas de cultivos de coca frente a las registradas en 2021.
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Sábado, 22 de Octubre de 2022
Redacción Política

Se conoció el informe anual de monitoreo de cultivos ilícitos en Colombia, donde se destaca que la producción potencial de cocaína mantiene la tendencia al incremento que se viene registrando desde 2014.

Así, se reporta un aumento del 43 % en el número de hectáreas de cultivos de coca frente a las registradas en 2021, llegando a un total de 204 mil hectáreas, la mayor registrada en la historia.

El hecho de que los cultivos hayan superado las 200 mil hectáreas no es una condición coyuntural del último año: desde 2017 los cultivos han permanecido en la parte más alta de la serie. Diversos factores, internos y externos al país, han incidido en que la forma como se desarrolla el fenómeno del narcotráfico en Colombia esté experimentando profundos cambios.

De acuerdo con el informe  de la ONU, se presentan cinco elementos de contexto que se constituyen como factores estructurales: 1) el aumento de la demanda global de cocaína y sus derivados; 2) las expectativas derivadas de los acuerdos de paz; 3) la persistencia de la vulnerabilidad territorial; 4) la generación de incentivos para la producción de cocaína, y 5) el aumento de los actores ilegales del narcotráfico.

Otro de los informes es el de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (Ondcp, en inglés), que señaló que Colombia produjo durante el año pasado 972 toneladas de cocaína, un 2,2 % menos que las 994 toneladas de 2020, y registró 234 mil hectáreas de cultivo, un 4,5 % menos que las 245 mil del año anterior.

La Casa Blanca aseguró que “Colombia permanece como un aliado cercano de Estados Unidos en la reducción y reemplazo de cultivos de cocaína”, y felicitó al entonces gobierno de Iván Duque por haber erradicado más de 103 mil hectáreas, aunque dijo que las cifras de producción “siguen siendo elevadas”.

Sin embargo, a pesar de la reducción que mostró este último estudio, la cifra de hectáreas cultivadas sigue siendo alta. Sobre el primer estudio de la ONU la cifra de un aumento del 43 % ya es muy elevada.

¿Cómo detener los narcocultivos?

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, aseguró que en 2021 se tuvo un aumento de hectáreas cultivadas y de producción sin precedentes en la historia del país. Los cultivos de coca, que en 2020 tenían una extensión de 143 mil hectáreas, pasaron a 204 mil hectáreas en 2021.

“Si queremos revertir esa cifra tenemos que hacer algo distinto, algo nuevo. La hoja de ruta es el cumplimiento del Acuerdo de Paz. Ahí hay una política alternativa de sustitución de cultivos que clama por ser ejecutada. Este gobierno quiere ponerla en marcha y está absolutamente comprometido en implementarla”.

Agregó que “no se trata de erradicar la planta. Se trata de tener una economía segura, pacífica y próspera para las cultivadoras y los cultivadores de hoja de coca, una alternativa que les permita vivir mejor”, y anunció que de la mano con las comunidades se realizarán al menos cuatro audiencias sobre política de drogas y desarrollo territorial, con el fin de recoger la voluntad y opinión frente a la nueva hoja de ruta.

Biodiversidad

Por su parte, Candice Welsch, directora regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para la Región Andina y el Cono Sur, aseguró que “los cultivos de coca siguen amenazando el potencial cultural del país y su biodiversidad. Cerca del 50 % se encuentran en zonas de especial manejo, por tanto, la creación de estrategias enfocadas en el potencial forestal, ecológico y cultural del país será esencial para asegurar la sostenibilidad de las futuras generaciones en estos territorios”.



Por su parte el director de Indepaz, Camilo González Posso, dijo a EL NUEVO SIGLO que la forma de reducir los cultivos ilícitos “tiene que ser con una iniciativa multidimensional, si se quiere, porque solo con una iniciativa en el tema de cultivos, mientras exista tanta demanda y tantas organizaciones internacionales vinculadas al narcotráfico, vuelven y la reproducen”.

“Tiene  que combinarse una política nacional e internacional, de igual forma agraria y al mismo tiempo frente al lavado de activos, porque ya está demostrado que con una sola política, ni la de erradicación ni la de sustitución han demostrado resultados, de modo que tiene que ser una combinación mucho más integral”, señaló González.

“Otra manera de reducirla es a través de los lineamientos que están en el Acuerdo de Paz, que tiene tres capítulos: uno de cultivos, otro frente al tema del consumo y otro frente a la parte de política criminal y lavado de activos, y eso hay que completarlo con una política de acuerdos internacionales”, concluyó.  

Productividad

De igual manera, Jorge Enrique Bedoya, director de la Sociedad de Agricultores de Colombia, sostuvo a este diario que “en el tema de erradicación de cultivos la lógica que tiene que adoptar cualquier gobierno, y precisamente eso no es fácil y por eso ha sido tan complicado, es que primero el cultivo alternativo tiene que ser rentable, es decir, tiene que generar mercado, tiene que generar flujo de caja al productor y para que sea rentable y tenga flujo de caja usted tiene que poder sacarlo del sitio de producción, porque la gran mayoría son las que tienen cultivos ilícitos, porque son en zonas marginadas alejadas del desarrollo”.

“Lo otro es que el Gobierno debe generar mecanismos como de pesos y contrapesos en los temas de cultivos ilícitos. Hay el caso de personas que quieren acceder a la tierra y están en cultivos ilícitos, usted debería tener unas llaves para decirle que usted puede perder el título de la tierra si usted lo dedica a un cultivo ilícito”, sostuvo.

“Si no hay cultivos rentables que permitan sustituir coca y eso implica la dotación de bienes públicos, pues va a ser muy complejo que esto se convierta en una realidad”, subrayó Bedoya.

También explicó que dentro de los casos exitosos de sustitución de cultivos hay ejemplos concretos con el cacao y el café donde hay asistencia técnica que provee la Federación de Cafeteros o Fedecacao y por supuesto recursos de cooperación internacional.

“Creo que el tema es que el cultivo de uso lícito tiene que ser una actividad rentable porque de algo tienen que vivir. Entonces en los lugares donde ha funcionado es porque existe una viabilidad económica que va de la mano de que el producto sea rentable de que haya asistencia técnica y fundamental que haya como sacarla, porque es que la hoja de coca no hay que sacarla por carretera, mientras que con otros productos se necesita la vía como mínimo y cuando se mira el mapa de donde están los cultivos ilícitos, evidentemente el desarrollo nunca ha llegado allá y el papel del Gobierno tiene que ser muy fuerte en esas zonas”, resaltó Bedoya.