Existe un consenso extraordinario entre historiadores, politólogos, diplomáticos, funcionarios de seguridad nacional y otros expertos, en que lo que está en juego en las elecciones presidenciales de Estados Unidos entre el presidente Donald Trump y el ex vicepresidente Joe Biden la convierten en la más importante de la historia. De hecho, lo que está en juego puede ir mucho más allá de sus fronteras, considerando el lugar central que ocupa hoy Estados Unidos en el sistema global actualmente.
La elección 2020 presenta elementos que hacen que efectivamente sea una contienda muy importante, pues se asume que está en juego la estabilidad democrática y la transferencia pacífica del poder. Donald Trump ha cuestionado la imparcialidad de las elecciones, especialmente por la votación por correo, y ha afirmado que solo perderá la elección si está amañada.
La unidad de la nación también está en juego. La enorme polarización social entrono a los candidatos ha exacerbado sentimientos patrióticos por un lado y reivindicativos por otro, que han llevado a lo largo de la historia e importantes choquen entre diversos sectores de la sociedad estadounidense.
Antes del covid-19, las políticas económicas y fiscales de Trump lograron niveles los niveles de desempleo más bajos de la historia y un crecimiento del Producto Interno Bruto, así como niveles de consumo sin precedentes. Con el advenimiento de la crisis sanitaria, el Presidente y su partido apoyaron un agresivo paquete de estímulos para ayudar a empresas e individuos afectados por la pandemia y ha logrado, en medio de la situación, presentar a los electores cifras económicas muy alentadoras que sitúan a su economía, pocos puntos por debajo a como se encontraba entes de que el virus llegara al país.
El Presidente ha dicho que de permanecer en la Casa Blanca la senda continuará y ha alertado de que en caso de que llegue al poder su rival demócrata, sus políticas energéticas y tributarias acabarían con la economía en cuestión de pocos años.
La elección 2020 presenta elementos que hacen que efectivamente sea una contienda muy importante, pues se asume que está en juego la estabilidad democrática y la transferencia pacífica del poder.
Dar la sorpresa
Contra todos los pronósticos Trump se hizo con la presidencia de los Estados Unidos en 2016, cuatro años después, y con los sondeos del voto nacional nuevamente en contra, el Presidente busaca volver a dar la sorpresa.
Desde su elección ha marcado un estilo de hablar claro, que ha sido criticado por ser “políticamente incorrecto” y que aunque incomoda a muchos políticos tradicionales, gusta a los electores y le ha conseguido enormes logros con su política exterior por mencionar sólo un sector.
Trump parece inmune a las críticas e incluso salió indemne de juicio político del que fue objeto el año pasado por la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y por la supuesta presión que habría ejercido contra el presidente de Ucrania Volodímir Zelenski para que se investigaran las actividades empresariales de Biden y su familia en este país.
Si gana, Trump sería el primer presidente que logra ser reelegido tras enfrentarse a un 'impeachment', ya que a Bill Clinton el proceso le correspondió en su segundo mandato y Andrew Johnson perdió las primarias dentro de su propio partido.
Trump repite en 2020 con Mike Pence como compañero de fórmula, después de cuatro años en los que este antiguo gobernador de Indiana ha demostrado ser un fiel escudero del mandatario, dentro de una Administración en la que los trapos sucios no siempre se han lavado en casa. Por otra parte el mandatario no ha escatimado críticas contra Biden, a quien acusa de querer imponer en Estados Unidos un régimen socialista y de buscar ahogar la economía con restricciones para contener la pandemia del covid-19.
Trump ha sembrado dudas sobre el proceso electoral y ha alertado sobre un posible fraude que vincula al voto por correo. Estas dudas le han llevado a dejar en el aire el reconocimiento del resultado, que podría no conocerse la misma noche electoral precisamente por la elevada participación anticipada.
El presidente llegó a la Casa Blanca gracias a sus buenas cifras en determinados colectivos como los residentes en zonas rurales y la población evangélica. Para su elección, fueron igualmente claves sus victorias ajustadas en 'estados bisagra' como Pensilvania, Wisconsin y Michigan.
La unidad de la nación también está en juego. La enorme polarización social entrono a los candidatos ha exacerbado sentimientos patrióticos por un lado y reivindicativos por otro, que han llevado a lo largo de la historia e importantes choquen entre diversos sectores de la sociedad estadounidense.
En esta ocasión Trump ha intentado ampliar el foco de su discurso, defendiendo que ningún presidente ha hecho más que él para favorecer a minorías y agarrándose principalmente a unos buenos datos macroeconómicos en el sus tres años de administración antes de la pandemia e incluso durante la misma pues, como se recordará ha logrado recuperar un gran número de empleos perdidos y cifras record de crecimiento en el último trimestre.
A nivel internacional sus logros también son evidentes. El presidente Trump no sólo no ha iniciado ninguna guerra, sino que además ha promovido acuerdos para llevar la paz al Medio Oriente, ha intercedido en el conflicto entre las dos Coreas, entre India y Pakistán, así como en los Balcanes y el Cáucaso.
La administración del presidente Trump ha retirado una gran cantidad de tropas y rompió con 39 años de presidentes estadounidenses que involucraron al país en conflictos armados internacionales.
Expertos aseguran que estos históricos logros estarían en peligro con un posible ascenso de los demócratas al poder.
Últimos eventos de campaña
Tras cientos de reuniones de campaña, el presidente republicano no muestra ninguna señal de cansancio y realizó este domingo un recorrido que lo llevó a Michigan, Iowa, Carolina del Norte, Georgia y Florida. Este lunes también presidirá cinco mítines en cuatro estados.
Al mismo tiempo, el expresidente Barack Obama, quien se ha convertido en la única cara visible del partido demócrata, alentó a los militantes de Biden a votar y ha dicho que "todo se juega el martes".
Ante la poca presencia de ex vicepresidente en eventos públicos se han difundido rumores sobre su estado físico y mental a quien Trump ha acusado de "esconderse en su sótano".
Por otra parte el presidente Trump dedico tiempo este domingo a defender su programa en las redes sociales.
El mandatario publicó un vídeo en el que defiende una agenda nacionalista: "América primero" y su política económica de recuperación en plena pandemia. "Estamos remontando mejor que nadie", aseguró.
Biden por su parte declaro que “voy a terminar con el caos de Donald Trump y a terminar con esta crisis". El demócrata reprochó el elevado desempleo nacional por la pandemia de coronavirus y aseguró que "casi 23 millones de estadounidenses están desocupados. Uno de cada 5 negocios ha cerrado sus puertas. Millones de personas se encuentran al borde del desahucio. Simplemente, no nos podemos permitir otros cuatro años de Donald Trump", añadió.