Un llamado a las empresas y a los ciudadanos a que no boten los alimentos sino que los donen a los bancos y otras oenegés que canalizan esta ayuda para combatir el hambre, hizo Juan Carlos Buitrago, director  ejecutivo de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco).

EL NUEVO SIGLO: Después de la parte fuerte de la pandemia, ¿cómo ha sido la respuesta en la donación de alimentos a través de los bancos que hay en el país? 

JUAN CARLOS BUITRAGO: En la pandemia logramos entregar un poco más de 64 mil toneladas de alimentos en 2020; para 2021 bajamos bastante, a 39 mil toneladas, y en el 2022 vemos que el tema de las donaciones está bajando un poco todavía con respecto al 2021.  

La solidaridad de los colombianos es bastante importante, pero ha venido disminuyendo, y entonces los bancos de alimentos estamos haciendo un llamado a toda la sociedad, a todas las empresas, a que tomen la decisión de no botar alimentos, de donar los alimentos que no se logren utilizar, precisamente porque la crisis alimentaria en Colombia está cada vez peor. 

El Fondo Monetario Internacional sacó un informe hace unos días, que dice que el mundo está en la peor crisis alimentaria de la última década, y necesitamos la solidaridad de todos los colombianos. 

ENS: ¿La difícil situación económica podría explicar, en parte, que baje la donación de alimentos?

JCB: El tema precisamente es la pobreza en Colombia, el aumento de la inflación; hay una especie de contracción de ese sentimiento de solidaridad de las personas que hacían donaciones en especie o en dinero a los bancos de alimentos. 

Lo estamos sintiendo en general las organizaciones sociales, hemos hablado con otras organizaciones que no son bancos de alimentos pero que también son sin ánimo de lucro, y se están disminuyendo las donaciones, y lo explicamos sobre todo por eso: por la inflación las empresas están guardando recursos, las personas están guardando recursos, esperando a ver qué pasa con el futuro del país.

ENS: ¿Cómo quedó en la reforma tributaria, pues se planteó eliminar incentivos a las donaciones? 

JCB: Al final logramos dos cosas importantes en la reforma tributaria: una, que no se disminuye el beneficio tributario para las empresas que donan, eso es muy importante porque es un beneficio tributario que veníamos utilizando las organizaciones sin ánimo de lucro en todo el país para poder convencer a las empresas de que nos donen.

Y había otro tema en la reforma tributaria que es un impuesto a la donación de alimentos, y también logramos que las donaciones que se hagan a los bancos de alimentos no paguen ese impuesto. 

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ENS: Es de imaginar que la grave crisis por las lluvias ha acrecentado el problema del hambre en distintas regiones... 

JCB: Muchísimo, una de las causas del incremento del hambre precisamente son las emergencias naturales. El año pasado en Colombia tuvimos un poco más de 592 mil personas damnificadas por emergencias naturales. 

Son cuatro o cinco causas grandes, pero esta es una de las importantes, y en este momento con la ola invernal, con la emergencia nacional que tenemos, hay miles de familias damnificadas y a los bancos de alimentos en todo el país se nos están aumentando las solicitudes de ayuda. Y por eso tenemos diferentes campañas invitando a los colombianos que puedan ayudar a que apoyen. 

ENS: ¿Qué tan grave es el problema en Colombia de que se botan los alimentos? 

JCB: Es muy grave. En Colombia botamos la tercera parte de los alimentos que se producen. Con la comida que botamos al año podríamos darle de comer a ocho departamentos como La Guajira, completos, tres veces al día durante todo un año. 

Es decir, con la comida que botamos en Colombia al año podríamos acabar el hambre, y por eso los bancos de alimentos todo el tiempo estamos enviando ese mensaje a las empresas, a los agricultores, a los supermercados, a las tiendas, a los restaurantes, hoteles: no boten la comida, no nos podemos dar el lujo de botar los alimentos en Colombia. 

Si tenemos alimentos que no se van a lograr consumir o comercializar, pues antes de que se dañen, antes de que se venzan, podemos levantar la mano, buscar el banco de alimentos más cercano o buscar una organización sin ánimo de lucro que lo pueda aprovechar, y que con esos alimentos le podamos quitar el hambre a personas vulnerables.