Desde hace dos años, Carlos Ruiz Massieu es el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas y Jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, el diplomático explica cuál es su percepción del Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las Farc, sus aciertos, sus falencias, y sus expectativas.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo va la gestión de su oficina?
CARLOS RUIS MASSIEU: Va muy bien, usted sabe que entregamos informes trimestrales sobre la implementación y ahí mostramos las áreas que requieren más esfuerzo y preocupación.
Es importante ver la implementación en estos cuatro años, la reducción de la violencia, la dejación de armas que fue un proceso muy bien llevado, muy exigente, muy efectivo en números, en calibres, en cantidades; la transformación de las Farc en partido político, la ampliación de la democracia con el Estatuto de la Oposición en virtud del propio Acuerdo de Paz, la institucionalidad derivada de ese Acuerdo y dentro de ella destacar el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación.
ENS: Mucho se dice que este es un acuerdo con características que lo hacen único en el mundo. ¿Usted cree lo mismo?
CRM: Sin duda es un modelo único por varias razones. Primero, porque es un producto hecho por los colombianos, no por la comunidad internacional. Segundo, porque es un Acuerdo de Paz que no está limitado a dejación de armas, desmovilización y reincorporación, sino que es un Acuerdo de más fondo precisamente para evitar situaciones como las que enfrentó el país por más hace más de cinco décadas.
Es un Acuerdo que tiene capítulos muy profundos como la Reforma Rural Integral, la ampliación de la participación política, el programa de sustitución de cultivos, la justicia transicional, el desarme y reincorporación, seguridad para excombatientes, etc.
También es ambicioso porque tiene el respaldo unánime de la comunidad internacional y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pocos temas tienen el apoyo político unánime de los 15 miembros del Consejo de Seguridad como este Acuerdo de Paz en Colombia.
Y es único también porque tiene un modelo de Justicia Transicional, aquí se trata de buscar ese equilibrio: que se aplique la justicia pero que se logre la paz.
Todos esos elementos hacen que el Acuerdo de Paz sea único, no obstante todas las complejidades sigue siendo un ejemplo a seguir. Y eso sin contar con que su originalidad es que está centrado en las víctimas y prevé una reconciliación nacional.
ENS: Este acuerdo incluyó un elemento de enfoque de género. ¿Ese enfoque se ha cumplido?
CRM: Este es otro elemento que hace único este Acuerdo de Paz. Como en otros aspectos, este no ha tenido el mismo ritmo, se ha avanzado en algunos temas como en el empoderamiento de la mujer en lo económico y lo social, en participación política, en protección de lideresas, pero todavía tenemos muchos retos.
Y en materia de seguridad si bien tenemos ya un programa aprobado bajo el liderazgo del Ministerio del Interior para la protección de lideresas y defensoras de derechos humanos, todavía falta aterrizarlo en un plan de acción que se traduzca en medidas concretas para su protección, porque desafortunadamente hay regiones en el país en que las líderes comunitarias siguen bajo riesgos muy altos.
ENS: Cuatro años después de la firma del Acuerdo se sigue hablando del plebiscito por la paz…
CRM: Nosotros respetamos las visiones que tengan cada uno de los sectores políticos del país respecto de aspectos particulares frente al Acuerdo. El proceso que siguió a su aprobación, el sometimiento del texto a la voluntad popular y después al Congreso de la República, así fue como quedó aprobado el Acuerdo.
Esa es como nuestra lectura de los hechos. El Secretario General ha hecho un llamado, y yo hago eco de ese llamado, a evitar seguir en debates que debiliten las posibilidades de seguir avanzando en el camino hacia la reconciliación y enfocarnos a la implementación.
Ahora está la necesidad de que estas heridas que han dejado cinco décadas de confrontación cicatricen y terminen y que la reconciliación nacional, creo que ese es el camino que se debe seguir.
ENS: ¿Cuál ha sido el gran avance en este proceso?
CRM: Yo destacaría tres grandes áreas. La primera parte es la que ya expliqué de la transformación de las Farc en partido político, la creación de instituciones. La segunda, que si bien no se pueden considerar logros, avanzan de manera sólida la reincorporación de combatientes, no ausente de obstáculos e inconvenientes, pero avanza. Y tercero, uno lo ve en número de proyectos productivos, no obstante los temas de seguridad.
También considero que la siguiente etapa que estamos transitando de manera importante es en materia de Justicia Transicional. Yo creo que este tema va a tener un lugar más prominente porque van a empezar a dictar sentencias, a imponer sanciones, y esto es muy importante tanto para la reparación de las víctimas, para que la sociedad colombiana comience a cerrar capítulos muy dolorosos a través del reconocimiento y solicitudes de perdón que las distintas partes del conflicto puedan seguir haciendo sobre este tema.
ENS: ¿Bueno, y cuáles son las grandes preocupaciones de la Misión de Verificación?
CRM: Por supuesto que una de nuestras principales preocupaciones es el tema de seguridad de excombatientes y la seguridad de las comunidades y los territorios. En nuestros datos ya tenemos contabilizados 237 excombatientes asesinados desde la firma del acuerdo, 63 en lo que va de este año. También de líderes y lideresas sociales.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU, con quien trabajamos muy de cerca, ha verificado 51 casos y 60 más están en proceso de verificación para ver si entran en esta categoría.
Sabemos, y eso lo comparten otros actores, que la presencia del Estado en esos territorios ha sido muy limitada históricamente, o no ha existido. Sabemos que no es un proceso rápido, que lleva tiempo, pero es importante que se siga avanzando con presencia de Fuerza Pública, de institucionalidad civil, educación salud, justicia, porque mientras no haya presencia del Estado desafortunadamente la situación sigue siendo muy preocupante: presencia de grupos armados ilegales, presencia de economías ilegales, pocas posibilidades de desarrollo.
Ese, definitivamente, es el tema que más nos preocupa. Hay otros temas también, pero en realidad todo comienza por la protección de la vida de los excombatientes pero también de las comunidades.
ENS: ¿Usted cree que la JEP ya va a comenzar a mostrar resultados, o necesita ajustes o modificaciones?
CRM: Yo creo que hay que tener conciencia de que las instituciones nuevas avanzan lentamente, consolidándose, ajustándose al marco legal. Pero no obstante ha logrado varios avances importantes: el inicio de siete macrocasos, casi 300 mil víctimas acreditadas, diálogo con organizaciones sociales, más de 300 informes recibidos de organizaciones e instituciones, 12 mil personas que se han sometido a su jurisdicción.
Se espera que en 2021 comience a dictar sanciones sobre algunos de esos casos. Nosotros, y me refiero no solo al Secretario General de la ONU y yo sino al Consejo de Seguridad, siempre hemos abogado por respetarle la autonomía e independencia a una institución que es parte de las instituciones judiciales.
Pero si los diferentes actores consideran que debe hacérsele ajustes, corresponderá a los colombianos tomar esas decisiones. Mi opinión es que como otras instituciones en el mundo que al final de un proceso se han dedicado a impartir justicia, su accionar no va más lento que otros.
Ahorita ya hubo un relevo en la Presidencia de la JEP, reconocemos lo que hizo Patricia Linares y recibimos con beneplácito la llegada de Eduardo Cifuentes, en esta nueva etapa comenzarán a dictarse sanciones y resultados para la propia jurisdicción, a dar respuestas a las víctimas, a las comunidades, a la comunidad internacional. La verdad es que se espera mucho de esta JEP única que se generó con el Acuerdo de Paz.
ENS: Las Farc reconocen algunos crímenes pero niegan conductas evidentes en el conflicto. ¿Cómo se puede entender ese doble discurso?
CRM: Para nosotros la expectativa, y creemos que es la misma de la sociedad colombiana, es que todos los actores que participaron en el conflicto reconozcan los actos cometidos durante y que pidan el perdón de las víctimas. Pero de todas maneras a quien le corresponde evaluar si se está actuando con verdad, con reconocimiento, es a las propias instituciones derivadas del Acuerdo, y en este caso en particular a la JEP.
Le digo que parte de la importancia de que todos respetemos la autonomía e independencia de los órganos judiciales es que es a ellos a quienes corresponde la tarea ardua, dura, de determinar si las partes están cumpliendo los que deben cumplir para estar en esta Justicia Transicional y sancionar bajo los parámetros del Acuerdo de Paz.
ENS: En otros informes, la Misión de Verificación le ha hecho observaciones y recomendaciones al Gobierno. ¿Usted cree que el Gobierno sí ha cumplido con la implementación el Acuerdo de Paz?
CRM: Uno de los temas más relevantes para Naciones Unidas es que las partes estén comprometidas con la implementación, en este caso los dos: Gobierno y Farc. Al día de hoy le puedo decir que a juicio de Naciones Unidas las dos partes están comprometidas con la implementación. Ahora, son más exitosos implementando unas cosas que otras, o son más rápidos, o más efectivos. Nosotros tenemos la obligación de decir lo que están haciendo bien pero también de señalar lo que no están haciendo tan bien, e inclusive hacer recomendaciones para que lo hagan mejor.
ENS: ¿Y las Farc sí están cumpliendo lo pactado?
CRM: Así como reconocemos de Farc la entrega de armas, al Gobierno también le reconocemos lo que hace en materia de reincorporación, obvio, no ausente de obstáculos, de desafíos y de retos. Reconocemos lo que ha hecho el Gobierno con los Pdet, con sustitución de cultivos ilícitos, etc. Ahora, reitero que este es un Acuerdo muy ambicioso que tiene un horizonte de 15 años, llevamos 4, y como en todo hay unas cosas que avanzan mejor que otras.
Y en el caso de las Farc es igual: Naciones Unidas reconoce que están comprometidas y cumpliendo con sus obligaciones, que hay que trabajar más para cumplir otros apartados del Acuerdo.
ENS: ¿El Gobierno ha adoptado medidas eficaces frente a los crímenes de líderes sociales?
CRM: Un elemento muy importante que nosotros le reconocemos al Gobierno es que siempre está buscando fórmulas para incrementarles la protección, a veces con más presencia de Fuerza Pública en las comunidades, a veces con más de la Unidad Nacional de Protección, pero desafortunadamente el tema son los resultados concretos.
No ha habido medidas que sean especialmente efectivas para la reducción de esta violencia. Ahí entran varios temas que nosotros ya hemos señalado que son muy relevantes para tener, a juicio nuestro, mejores resultados en el futuro. Uno muy importante: detrás de los homicidios tanto de excombatientes como de líderes sociales, en gran medida -según la Fiscalía- hay grupos armados ilegales.
Hay una institución, la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad que convoca el Presidente de la República y cuyo mandato es elaborar una política pública de desmantelamiento de grupos armados ilegales y redes de apoyo. Es muy importante que esa Comisión avance, que muestre resultados, porque tener esa política pública y su posterior implementación puede tener un efecto práctico importante en la evolución de la violencia en los territorios.
ENS: La Misión en algún momento habló de cese el fuego…
CRM: Hay otros temas que el Secretario General y yo hemos impulsado aquí en Colombia como es el cese del fuego. Si usted recuerda en abril el ELN hizo un cese el fuego unilateral, su observancia y una actitud no ofensiva de la Fuerza Pública mostraron una importante reducción de la violencia en ese periodo.
Entonces, el Secretario General ha seguido haciendo ese llamado y yo hago eco de ese llamado para que se verifique porque eso puede tener una reducción de violencia en general y creo que sigue siendo válido enfocar nuestros esfuerzos en otras áreas.
Hay medidas coyunturales como el cese el fuego especialmente en los territorios, y un elemento adicional que es el que se les persiga a los perpetradores de asesinatos contra estos liderazgos, contra estos excombatientes, que se les capture y se les juzgue, porque eso también es un elemento disuasivo.