DESDE la medianoche del pasado 21 de noviembre cuando se conoció que habría balotaje presidencial entre el derechista José Antonio Kast y el izquierdista, Gabriel Boric, ellos y todos los chilenos tomaron conciencia de que el país iba a moverse hacia el centro para definir el ganador.

Descontado el apoyo de los partidos afines, ambos candidatos comenzaron a moderar sus discursos para atraer a los votantes de los dos centros del espectro político y a los tan sorpresivos como impredecibles 900 mil votos que dieron su respaldo al economista Franco Parisi que se encasilló de tercero en la contienda con un discurso liberal, antisistema, a través de redes sociales y sin poner un pie en su natal Chile (reside en Estados Unidos).

Dos polos opuestos en todo, (edad, estilo, programas, carácter y hasta vestimenta) son el abogado titulado conservador Kast y el aún no graduado en la misma carrera, Boric.  Pese a que ambos moderaron su discurso e inclusive ajustaron sus planes de gobierno, incluyendo planteamientos de los partidos y movimientos que cerraron filas tras ellos, el balotaje del domingo es de pronóstico reservado.

Como se recordará, Kast ganó la primera vuelta con el 27,9% de los votos, frente a los 25,8% que obtuvo Boric, mientras que Parisi se hizo con el 13% del apoyo electoral por lo que se ha dicho “tiene la llave” del nuevo gobierno. Pero ello no es tan cierto ni real, ya que una cosa es emitir un voto, que puede considerarse de protesta contra el tradicional establecimiento y otra muy diferente cuando se da la elección que define el futuro del país, máxime en esta ocasión en que las cartas de centro-derecha y centro-izquierda no son llegaron al balotaje.

Al día siguiente de la primera vuelta, los sondeos comenzaron a mostrar un empate técnico, pero una semana después daban una ventaja al candidato izquierdista, gracias a la empatía con jóvenes y mujeres. Así, el sondeo de Cadem le otorgaba un 39% frente al 33% del líder republicano.

La brecha se amplió mucho más, llevando al primero a sacar una ventaja de 12 a 15 puntos porcentuales según las firmas encuestadoras. Pero, desde comienzo de mes la tendencia se ha ido revirtiendo, al punto de que vuelve a encasillarlos en un empate técnico, lo que hace presumir un cerrado duelo entre el líder millenial y el experimentado político. Así, nadie se atreve a vaticinar quién será el ganador.

Desde Alabama (Estados Unidos) donde reside, el economista y antisistema Parisi siguió influyendo en la campaña presidencial chilena. Por ello invitó a su programa de YouTube "Bad Boys", donde participa junto a otros tres influentes de internet, tanto a Kast como a Boric. El primero asistió y durante casi dos horas expuso sus propuestas de campaña, mientras que el segundo por recomendación de sus asesores no asistió. El anfitrión del programa virtual expresó sus comentarios que, de seguro, pesaran en sus seguidores-electores de cara a la nueva cita en las urnas, aunque es muy difícil presagiar hacia qué lado se inclinarán.

Las primeras encuestas también revelaban que el número de indecisos para el balotaje estaba en el 15,6%, mientras que las personas que aseguran que se abstendrán en segunda vuelta alcanzaban hasta un 16%. Sin embargo, ambos porcentajes se redujeron en mediciones posteriores.

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Alta tensión

Precisamente el viernes los candidatos se enfrentaron en un tenso primer debate, en el que cruzaron acusaciones sobre sus propuestas antagónicas de gobierno.

Organizado por la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), el debate duró más de dos horas, con interpelaciones constantes sobre los cambios que han introducido ambos candidatos a sus programas de gobierno de cara a la segunda vuelta y sus propuestas más polémicas, pero también sobre cuestiones personales. 

"Nosotros tenemos una diferencia: cuando yo me equivoco pido perdón y soy capaz de enmendar mi posición", dijo Boric, el candidato de la coalición "Apruebo Dignidad", que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, acusado por Kast de avalar la violencia política.

"¿Le pediste perdón a la mujer que te acusó de abuso? Esa situación todavía no se aclara", replicó Kast, provocando la molestia de Boric, diputado de 35 años -la edad mínima para presentarse a la presidencia-, exigiendo una retractación, al señalar que no existe ninguna denuncia de abuso en su contra.

"Acá hay una interpelación que me parece grave y me parece lamentable que utilices un espacio como éste para un tema que no tienes idea", afirmó Boric.

Más adelante en el debate, Kast le pidió disculpas a su contrincante por hablar de "abuso" y no de "acoso".

Otro de los puntos que levantó polémica, sobre todo en las redes sociales, fue la defensa que realizó Kast sobre la propuesta de arrestar a personas en lugares distintos a cárceles cuando se establezca un "estado de excepción" en medio de casos de alteración pública.

Consultado sobre si estos espacios podían ser similares a los que usó la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) para detener a opositores, Kast contestó: "así es".

El conservador defendió también su propuesta de construir una zanja en la frontera norte para evitar el paso de migrantes irregulares: "El sentido es conducir a las personas a un paso habilitado". La iniciativa la valoró en 10 millones de dólares.

Por su parte Boric afirmó: "jamás he planteado modificar la bandera de la que me siento orgulloso ni el himno patrio. Lo único que cambiaría es el lema del escudo, de 'Por la razón o la fuerza' a 'Por la fuerza de la razón'".

Este domingo 15 millones de chilenos están convocados a elegir entre las propuestas del candidato del Partido Republicano, Kast y su llamado a restablecer la paz, el orden, el progreso y la libertad, y las del líder estudiantil, la carta de la alianza Apruebo Dignidad que enarbola un “proyecto transformador, serio y responsable para mejor calidad de vida de todos".

Y más que polarizado políticamente lo que hay en el país austral en una apatía electoral que se materializó en la alta abstención de la primera vuelta (46%) que muchos atribuyen al normal cansancio de haber acudido a tres elecciones en un corto periodo de tiempo: el referendo para aprobar el cambio de la Carta, la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente y la pasada vuelta presidencial.

Independientemente de quien sea el elegido para suceder al derechista Sebastián Piñera, debe enfrentar como retos inmediatos la lucha contra la pandemia del covid, la previsible ralentización de la economía y mejorar la seguridad. Y pasará a la historia política del país porque será el encargado de promulgar la nueva Constitución.