Argentina le cumplió al mundo al conseguir su tercer título en Catar | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 18 de Diciembre de 2022
Oscar Munévar Forero

Por Óscar Munévar

Especial para EL NUEVO SIGLO

 

Argentina le cumplió al mundo y se proclamó campeón mundial de Catar 2022, dejando en el camino a Francia, en una final de ataque.

Solo quien asiste a todos los partidos y hasta el último segundo de un juego puede sacarle tanto jugo a un encuentro.

La final del Mundial tuvo ingredientes que solo un torneo de esta naturaleza puede brindarnos: hubo penaltis, fallas arbitrales de parte del polaco Marcniak Szymon, protesta de los bancos, alegrías del presidente francés a la hora de los goles del equipo de su país, alargue y, finalmente, los tiros desde los 12 pasos, que decidieron el campeón.

Este epílogo fue de infarto, las caras alegres de los argentinos cuando ganaban pasaron a desencajarse, y los franceses de caras largas mutaron a sonrisas de oreja a oreja.

Esto fue como en las viejas corridas de toros: había que esperar a que saliera el último astado a ver qué podía ocurrir, si cogía al torero o le cortaban las orejas y el rabo.

Argentina salió con esa camiseta inflada de ilusiones. Francia, hasta ayer vigente campeón, esperó con mucha paciencia y confiado en lo que da la experiencia. Aunque, a decir verdad, los gauchos sorprendieron a los hombres que estaban defendiendo el título.


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Hasta el estratega galo Didier Deschamps tuvo que corregir sobre la marcha en el primer tiempo porque iba perdiendo dos a cero.

Ese es el fútbol. Dicen que el marcador más peligroso es un 2-0 y a fe que así resultó. Argentina estaba a escasos 10 minutos de ganar cómodamente y los galos no la dejaron salirse con la suya, empataron.

Bien dijo un técnico de la FIFA: el fútbol es un juego de inteligencia integral, donde no solamente vale la pena tener el balón, sino saber qué hacer con él.

Lo que ocurrió anoche en el estadio de Lusail, que copó sus 88.966 localidades, fue eso: dos equipos que vinieron a poner inteligencia grupal, cada uno sabía qué hacer, aunque frente a los arcos no fueron tan contundentes y la tenencia del balón fue dividida.

La mezcla de juventud y la veteranía, como decía Gabriel Ochoa, dan satisfacciones que enriquecen el ego de los hombres. Los argentinos celebran a rabiar, así su pueblo esté pasando por momentos difíciles, pero el fútbol lo puede todo: dar alegrías y tristezas. Y ayer les tocó gozar aunque esperaran a los tiros desde los 12 pasos y el héroe de la jornada fuera Emiliano Martínez, quien intimidó con su mirada y actitud a los jugadores franceses.

Este tipo de final fue para todos los gustos y tuvo los ingredientes necesarios hasta el último segundo. Feliz Argentina y feliz Messi, que se despidió con su equipo como campeón mundial. El 4-2 en los penales lo dice muy a las claras: fue un partido de infarto de principio a fin, no apto para enfermos del corazón. ¡Que viva el nuevo campeón! Se le dio a Messi el objetivo de coronarse campeón de Copa América y campeón mundial con su selección.

Muerto el rey, que viva el rey.

Solo el fútbol da este tipo de emociones y alegrías, ¡a festejar por cuatro años!