Variante Ómicron, ¿el principio del fin de la pandemia? | El Nuevo Siglo
ES probable que estemos cerca un estado pospandémico en el que vivamos con el coronavirus como lo hacemos con las diversas variantes de la gripe y otros virus
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Viernes, 31 de Diciembre de 2021
Redacción internacional con Europa Press

¿Estará el mundo cerca de un estado pospandémico? Esa es la que, popularmente hablando, es la pregunta del millón y que sin evidencia científica sobre la contagiosa variante ómicron nadie se atreve a contestar. Sin embargo, el comportamiento de la misma parece dar visos sobre la respuesta.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tenía proyectado que hacia mediados de este año la pandemia del coronavirus estaría controlada por la campaña global de vacunación y comprobada eficacia de los biológicos. Pero el vaticinio cambió por la inesperada irrupción de la nueva variante detectada en Sudáfrica el pasado 9 de noviembre y que, en tan solo semanas, disparó los contagios diarios, llegando a un récord este jueves de 1.730.636.

Las altas cifras sobre nuevos positivos al virus se concentraron esta semana así: 24 de diciembre (834.103), 25 Dic (512.541), 26 Dic (472.215), 27 Dic (1.449.269) y 28 Dic (1.313.713) para ascender a la cifra arriba mencionada al día siguiente.

Con esos registros y ante la elevada presión sobre los sistemas sanitarios, la mayoría de países reimplantaron restricciones, desde las más extremas como confinamientos hasta cancelación de eventos masivos y establecimiento de aforos para reuniones privadas con ocasión de las celebraciones de fin de año.

Pero si bien se comprobó el alto poder de contagio de ómicron también se evidenció que es menos virulenta y, por tanto, de baja letalidad. Aunque se registraron fallecidos, especialmente en Reino Unido, y se presume un número considerable en Sudáfrica, donde no han registros consolidados, fueron mucho más bajos que los reportados en el pico de la primera y tercera ola global.

Por las aglomeraciones comerciales y las reuniones familiares con ocasión de la navidad, al igual que los viajes y celebraciones de fin de año, los casos del virus sigan en aumento generando un fuerte pico hacia mediados de enero. Sin embargo, con la evidencia que un alto porcentaje de ellos ha desarrollado síntomas leves y la recuperación es rápida, lo que inclusive llevó a muchos países a reducir de 15 a 7 días la cuarentena para quienes se contagiaron (por primera vez o reinfectados) se vislumbra la posibilidad de mitigar, en el corto plazo, la incidencia de esta nueva variante.

Ello se refuerza con el anuncio de Sudáfrica, de que había superado el pico de la ola causada por ómicron sin notar un incremento importante de decesos.

"Todos los indicadores sugieren que el país seguramente ha superado el pico de la cuarta ola" de la pandemia provocado especialmente por la contagiosa nueva variante, dijo la presidencia del país africano la noche del jueves en un comunicado en el que agregó que “un aumento marginal del número de decesos se ha constatado en todas las provincias".

En la última semana, los nuevos contagios en esa nación cayeron casi un 30% respecto a la semana anterior, desde 127.753 a 89.781. Y las admisiones hospitalarias disminuyeron en ocho de nueve provincias.

"Aunque la variante ómicron es altamente transmisible, las tasas de hospitalización han sido más bajas que en olas precedentes", señaló la presidencia.

Detectada ya en un centenar de países, ómicron presenta una velocidad de transmisión más elevada que delta, pero, al mismo tiempo, parece provocar menos riesgo de hospitalización según primeros estudios en Sudáfrica y Reino Unido.

"La velocidad a la que la cuarta ola vinculada a ómicron ha crecido, alcanzado un pico y ha caído es desconcertante. Un pico en cuatro semanas y un declive precipitado en dos", tuiteó Fareed Abdullah, del Consejo Sudafricano de Investigación Médica.

¿Principio del fin?

Ese inesperado comportamiento de ómicron, muy diferente al de su predecesora y virulenta delta, o de las iniciales alfa, beta y gama, refuerza la tesis esgrimida por varios científicos y médicos de que la nueva variante puede ser una de las últimas mutaciones del virus y que, ante el impacto que han tenido las vacunas se estaría entrando en la ofensiva final contra el covid-19, dos años después de su inesperada irrupción global.

Dos médicos israelíes de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Zvika Granot y Amnón Lahad, sostuvieron esta semana que si bien ómicron es preocupante, no es "un desastre para la salud" e, incluso, puede estar señalando el final de la pandemia.

De hecho, ambos expertos señalan que es probable que esté cerca "un estado pospandémico en el que vivamos con el coronavirus como lo hacemos con las diversas variantes de la gripe y otros virus".


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"Hemos estado conviviendo con el coronavirus por dos años y hemos visto aparecer nuevas variantes, y una nueva variante, por definición, es más contagiosa que la anterior", explica Granot, director del laboratorio de investigación biológica y cancerígena de la Universidad Hebrea. "Generalmente, los virus que son muy agresivos no son muy contagiosos y los que son muy contagiosos no son muy agresivos", añade.

Los expertos han explicado que efectivamente ómicron es más contagiosa que Delta pero, ante la pregunta de si es más agresiva, concluyen que es "imprescindible" investigar más, si bien, según la Organización Mundial de la Salud, aún no se han registrado muertes vinculadas específicamente con  la nueva variante.

Los expertos han apuntado que la situación es "muy dinámica" y que probablemente se registrarán muertes por ómicron, pero detallan que el fin de la pandemia por coronavirus sucederá cuando haya una variante muy contagiosa y con pocos síntomas, como es el caso actual.

"Mucha gente va a contagiarse, pero tendrán mocos y tal vez fiebre por un par de días, y luego seguirán con su vida normal. Cuando se dan este tipo de situaciones, la gran mayoría se infecta y lo supera, desarrollando verdadera inmunidad grupal", sostuvo Granot.

"Desde algún punto de vista, yo creo posible que ómicron sea la luz al final del túnel", enfatizó.

Lahad, que dirige el departamento de medicina general de la universidad, ha dicho que los medios y gobiernos hablan de "situación desastrosa inminente" porque ven que los números de casos positivos van en aumento, pero, tal y como añade, "si se mira en detalle, se comprueba que efectivamente las pruebas de PCR muestran más casos positivos, pero no se ve un incremento en casos graves, más bien un descenso o estabilidad".

Según ambos médicos, el movimiento es igual en diferentes países: en Sudáfrica, donde la tasa de vacunación es mucho menor que en Israel, y también en Reino Unido. "La catástrofe se encuentra más en la opinión pública que en la situación real en urgencias y clínicas de primeros auxilios", insistió Lahad.

El experto se basa en los datos preliminares que indican que un 60 por ciento de los portadores de ómicron no presentan síntomas, mientras su colega Granot insiste “con cautela, pero con optimismo", que esta nueva variante ómicron es "un paso que nos acerca más al fin de la pandemia".

Sin embargo, ambos han hecho énfasis en la necesidad de seguir usando el tapabocas, mantener las distancias y, "lo más importante, si hay cualquier síntoma de enfermedad, por leve que sea, lo responsable y obligado es quedarse en casa y no salir. Un aislamiento preventivo, que es muy eficaz para cortar la transmisión del virus”.

Hacia la inmunidad

Casi que desde el mismo momento de la inesperada aparición del coronavirus, el mundo científico se concentró en desarrollar biológicos y fármacos para combatirlo. En un hito, tanto por su rápido desarrollo como por las diferentes técnicas utilizadas y su comprobada efectividad, lograron no menos de seis vacunas que comenzaron a aplicarse en diciembre del 2020.

Para salir del estado pandémico se debe llegar a lo que los epidemiólogos llaman la inmunidad de rebaño, es decir que el 70% de la población sea inmune al virus bien por tener el esquema completo de vacunas o porque se infectaron con el mismo y lo superaron.

Con la campaña global de vacunación, acelerada en los últimos meses, se presupuestaba que el mundo alcanzaría ese blindaje global en el primer trimestre de este nuevo año, pero las mutaciones de ómicron que evidenciaron una reducción en la inmunidad de los anticuerpos contra el virus y la recomendación de las farmacéuticas para una dosis de refuerzo, aumentando la desigualdad en la distribución de los biológicos, alteraron el cronograma.

Varios estudios mostraron que la tasa de anticuerpos cae frente a ómicron entre las personas que recibieron las vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna y, en menor medida, AstraZeneca o Sinovac (vacuna china presente en unos cincuenta países). De allí que se concluyera que una dosis de refuerzo mejoraría claramente la inmunidad por anticuerpos, aunque se desconoce cuánto tiempo dura este efecto. /Redacción internacional