La defensa y protección del mar, especialmente del Caribe, tiene carácter prioritario. La Constitución no ha sido reformada, el Tratado Esguerra-Bárcenas sigue vigente y cualquier modificación de límites, no obstante el desconocimiento del meridiano 82 como frontera con Nicaragua incluido en la sentencia de noviembre del 2012 de la Corte Internacional de Justicia, solo será factible mediante la suscripción de Tratados, bilaterales y multilaterales, conforme lo disponen el Derecho Internacional y la Carta de la República.
Es errónea la ausencia de protesta ante el abuso por estos días del gobierno de ese Estado de retener y remolcar barcos, de impedir a los raizales labores ancestrales de pesca en la zona del meridiano 82, que no exista suficiente coordinación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y el de Defensa en cuanto al tratamiento del problema, que difieran en las instrucciones para cuidar extensa zona del mar. Reconozco, eso sí, el interés y dedicación de la Armada Nacional en la vigilancia de las aguas territoriales, el nuevo comandante, vicealmirante Evelio Enrique Ramírez, continuará la patriótica tarea.
Cuestionable la permanencia en el Tribunal de la Haya, la estrategia de los agentes designados y el reconocimiento de jurisdicción a dicho organismo del cual no formamos parte, que continúe el trámite de la solicitud de Nicaragua de extensión de su plataforma continental a más de 200 millas. Ya es hora de levantar el velo de la diplomacia secreta y dejar de insistir en que equivocaciones puedan convertirse en política de Estado.
¿Por qué el Congreso de Colombia, durante lustros, desde el 4 de febrero de 1980, fecha en la cual el régimen sandinista decidió “anular” en acto ilícito internacional el convenio perpetuo de límites y con base en esta determinación montar demandas contra Colombia, jamás ha realizado el debate que corresponde, ni emitido el pronunciamiento que la Nación demanda?
Olvidó Nicaragua hace treinta y ocho años que todo Tratado en vigor obliga a las partes, debe ser cumplido de buena fe -pacta sunt servanda- eso lo repitió la propia Corte en 2007 al reiterar la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia. Opuesto al sentido común, el tratamiento dado al meridiano 82 e inejecutable la providencia de parcelación del mar en perjuicio de varios Estados.
El señor presidente Iván Duque y su canciller Carlos Holmes Trujillo tienen un compromiso ineludible, esperamos que en el mensaje de Año Nuevo el primer mandatario se pronuncie, pues no solo nuestros compatriotas isleños son Caribes, lo somos con orgullo todos los colombianos. Conviene reunir la Comisión de Relaciones Exteriores y enmendar falencias. El asunto es de vital importancia.