Santa Cruz del Islote es considerado el lugar más poblado del mundo, tiene una extensión de una hectárea, la habitan cerca de 500 personas en un poco más de cien casas. Está ubicada en el Caribe, en jurisdicción de Cartagena de Indias, exactamente en el complejo de islas de San Bernardo, cerca al golfo de Morrosquillo y su historia es fascinante. Cuentan que es artificial porque fue construida sobre un banco de coral que rellenaron lentamente con basura, escombros y mucha piedra, historia que comenzó en la década del 70 del siglo XIX.
Como es natural un lugar tan densamente poblado, tan publicitado por su condición, está en la mira de quienes hacen turismo en sus alrededores, por supuesto de manera frecuente recibe a la prensa que quiere dejar constancia de sus existencia, del estilo de vida que llevan los lugareños, de su cultura, de sus progresos y de sus necesidades, con frecuencia de sus dolencias por el abandono estatal. No tienen cementerio, el agua potable se abastece desde Cartagena, su conquista más reciente es la puesta en funcionamiento de los paneles solares que le permiten a su población disponer de energía eléctrica las 24 horas del día.
Allí no solo viven personas, también animales, terrestres y acuáticos, hay perros, gatos, conejos, gallos, gallinas y un acuario compuesto por unas piscinas de estructura de concreto y malla, históricamente los gallos de pelea aseguraban la diversión de los pobladores los sábados. Hoy el lugar que ocupaba la gallera está destinado al culto, por su puesto que ese cambio tan drástico tiene sus detractores, con seguridad el gusto por las peleas de gallos continúa.
En el acuario, que muy seguramente no cuenta con las autorizaciones de funcionamiento, no cumple con los requisitos señalados por la Ley 1225 de 2008, se exponen diversidad de especies marinas a cambio de una suma de dinero que el fin de semana pasado estaba en cinco mil pesos por persona. La atracción central es la exhibición de tiburones, no es difícil advertir el malestar de los animales frente a las impertinencias de trato de los turistas, no es difícil ver con mucha frecuencia el gran esfuerzo que debe realizarse para hacerlos salir a superficie en la pileta de escasos 10 metros cuadrados, se les nota el rechazo. Las tortugas viven pegadas a la malla tratando de volarse.
Lo que más llama la atención es que el islote se encuentra dentro del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo, allí concurre la jurisdicción de la Corporación Autónoma del Canal del Dique. Muy a pesar de los numerosos reportajes y videos que circulan en redes que documentan la existencia del acuario y sus condiciones, se sigue permitiendo su explotación a cambio del encierro y del manoseo al que son sometidos los tiburones, las manta rayas, las tortugas y peces que allí se disponen para el disfrute de los visitantes. Su libertad es imperativa.
@ludogomezm - luisodmingosim@gmail.com