Comparto en este espacio las razones para una “Pedagogía para la Paz”, propuestas por el Colectivo Educación para la Paz:
Ante la coyuntura que vive nuestro país, vale la pena recordar esta frase: la paz es un bien de la humanidad. Por ello, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de crear y exigir condiciones para con-vivir con otros en un marco de justicia, equidad y paz. Reivindicar la paz como derecho fundamental -que pertenece a hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes, adultos mayores, comunidades, colectivos, grupos- nos invita a reflexionar acerca de nuestro compromiso, desde la formación, en la erradicación de todas las formas de violencia y vulneración, por lo que hoy decimos ¡Adiós a la guerra, Pedagogía para la Paz! Esperamos que pronto llegue el momento en que “… avisemos a Mauricio Babilonia, que puede soltar las mariposas amarillas que la guerra terminó”. En este marco, consideramos que una Pedagogía de la Paz se fundamenta, entre otras razones, en las siguientes:
1. La paz no pertenece a una persona o partido político, nos compete y convoca a todos La paz no se tiñe de un solo color. Tampoco tiene un único rostro, un solo vocero o representante. No le pertenece a un grupo de caudillos o a aquellos que buscan ser llamados héroes. Con la paz convocamos a la diferencia, la alteridad, la diversidad y la otredad.
2. Tejiendo cultura política: los hilos de la indignación y la compasión Las trayectorias de la guerra, así como el proceso de paz que se adelanta en nuestro país, convocan a la participación de todos los ciudadanos, entendida como acto de: Responsabilidad con los millones de víctimas que ha dejado la atrocidad. Comprensión y solidaridad con las generaciones que vieron transcurrir sus vidas en medio de la guerra. Compromiso con los niños, niñas, jóvenes y adolescentes que merecen escribir la historia de un país diferente. Sensatez individual y colectiva que conlleve a asumir una postura clara e informada frente a las decisiones actuales y sus implicaciones
3. Educadores por la paz. Ahora, más que nunca, se hace necesario promover procesos de Educación para la Paz. Como Colectivo de Educación para la Paz, tenemos la responsabilidad de fomentar una cultura política y de paz que permita que los niños, niñas y jóvenes estén protegidos de aquellas prácticas que reproducen estigmas y estereotipos, los cuales inauguran distintas formas de violencia. Reivindiquemos el espacio público, las escuelas y las redes sociales, como escenarios de construcción ético-política que hagan posible una Colombia diferente.