“Real protección animal debe ser prioridad”
Arranca el 2020 y parecen los acostumbrados propósitos de comienzo de año; entre los mas recurrentes siempre vamos a encontrar los asociados a los hábitos alimenticios, el ejercicio físico y espiritual, cambios de actitud y en todo caso el diseño de una agenda que nos permita convertirnos en el ser humano que nos proponemos en lo personal, familiar y profesional. No siempre lo logramos, pero nos lo planteamos. Dentro los propósitos de año nuevo tengo algunas líneas de trabajo que nos permitirán avanzar en temas clave para construir una mejor relación de la sociedad colombiana con los animales.
El propósito central será trabajar desde la sociedad civil para que el mandato señalado en el artículo 324 del Plan Nacional de Desarrollo, sobre una nueva Política Pública de bienestar y protección animal doméstico y silvestre, se haga realidad y no quede en una simple buena intención programática del Gobierno Nacional.
Continuaremos con la lucha en diversos escenarios que permitan cerrar definitivamente la explotación de las aletas de tiburón con fines comerciales. Hoy se propone la prohibición de cualquier tipo de comercio con aletas de tiburón y demás subproductos, es un proyecto de Decreto hoy disponible en la página del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y haremos el respectivo acompañamiento hasta que este capítulo de cruel abuso contra los tiburones quede definitivamente cerrado en Colombia
Trabajamos en un frente que como especie merecería mayor atención: la protección de las Abejas y polinizadores que hoy por cuenta del uso indiscriminado y descontrolado de los neonicotinoides están sufriendo un descenso preocupante, el uso de clotianidina, tiametoxam, imidacloprid, fipronil, flupiradifurona y sulfoxaflor debe ser estrictamente regulado, para evitar la muerte masiva de estos grandes compañeros de viaje que, por demás son claves en la producción de alimentos.
Colombia debe plantearse seriamente avanzar en una estrategia que le permita aprovechar su megadiversidad y migrar a una estrategia nacional de Santuarios de protección animal que permitan verdaderos espacios de disposición final de la fauna silvestre que por diversas razones no puede ser reincorporada a su medio natural, para ello debe replantear algunas funciones de las Corporaciones Autónomas Regionales que tristemente no están cumpliendo la tarea adecuadamente ya que hoy se responde más al capricho del Director de turno que a una auténtica política pública.
El Congreso de la República debe sintonizarse de manera definitiva con el bienestar y protección animal, su responsabilidad es plantear una agenda sería que permita avanzar decididamente en establecer derechos y garantías en favor de los animales que permitan una auténtica protección, debe asumir, entre otros la tarea de regular las corridas de toros, el coleo, las peleas de gallos y las corralejas, menos leyes de honores y más honor en su gestión.
Es necesario replantear el papel que cumplen en el momento presente los Zoológicos, hoy siguen siendo auténticos campos de concentración animal. Los avances tecnológicos permiten que su tarea pedagógica se realice sin mantener encerrados a muchos de esos animales, deben ser aliados de la libertad animal y dejar atrás esa función de carceleros que históricamente han tenido.