“¿Qué es un cínico? Un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada”. Así definía Oscar Wilde a quienes se dirigen a los demás de forma irónica, irrespetuosa, pero por encima de todo con desprecio.
La mejor muestra de lo que es un cínico, la tuvimos este fin de semana a la vista de muchos, quienes, entre la sorpresa y el asombro, observamos a Dairo Antonio Úsuga, alias "Otoniel", por el que el gobierno de los Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares y al que el colombiano perseguía con más de 500 hombres desde el 2015, sonreír ante las cámaras como si estuviera de paseo, a pesar para él, que era capturado para seguramente no regresar a la libertad.
Son más de un centenar de procesos judiciales los que pesan contra él, sin contar los que le adelantan las cortes americanas. Alias “Otoniel” era el jefe de el Clan del Golfo, antes conocidos como los Urabeños, comandados desde antes por un clan familiar, los Úsuga. Tomó el mando del Clan luego de que la policía asesinara a su hermano Juan de Dios, en 2012.
No hay duda que el presente gobierno ha encabezado una lucha implacable contra el narcotráfico, no de otra forma se entendería como el reporte anual de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), reportó que en el año 2020 los cultivos de hoja de coca lograron reducirse en un 7% frente al 2019 que ya habían disminuido en un 9%. No obstante pensar que esto es un progreso, el narcotráfico también se ha reinventado y hoy necesita menos hoja de coca para producir más cocaína. Esto lo demuestran las cifras, por cada tonelada de hoja de coca que se cultiva, las redes de narcotráfico hoy logran extraer 2,14 kilos de pasta base de cocaína. Hace cinco años con esa misma cantidad de hojas, extraían 1,87 kilos, es decir, hoy se produce más cocaína con menos cultivos de coca.
Toda esta transformación del negocio, ha sido encabezada por la estructura criminal más relevante en este momento en el país, el Clan del Golfo. Dicha organización no solo coordina la mayor empresa de exportación del alcaloide desde Colombia, sino que además es la encargada de coordinar la mayor parte de la producción nacional de coca y sus derivados, como también su distribución y comercialización en redes de microtráfico ya extendidas por todo el país. Seguramente por ello, el ministro de Defensa de forma contundente señalo que "en los últimos años, el Clan del Golfo se había convertido en la mayor amenaza".
¿Por qué la sonrisa de alias “Otoniel”, si solo en su futuro se ve infortunio? Puede ser solamente la reacción pura del cínico, pero lo más seguro, es que como muchos tiene la seguridad que con el no termina la historia de delitos del Clan del Golfo, sino que comenzara seguramente otra, tal vez más perfeccionada o incluso más sangrienta, porque en el narcotráfico las rutas no se capturan o se pierden cuando cae el capo. Todas ellas se heredan.