ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Septiembre de 2012

Ricardo Lagos en Colombia

 

La Academia Colombiana de la Lengua, bajo la dirección de Jaime Posada, tuvo una sesión de características muy especiales, con ocasión de la presentación del libro Así lo vivimos cuyo autor es Ricardo Lagos, expresidente de Chile. Como todas las reuniones de la Academia esta constituyó un deleite para la inteligencia, el buen decir, el buen hablar, así como la inteligencia de las presentaciones que estuvieron a cargo de Jaime Posada, Belisario Betancur, César Gaviria, quien se hizo presente por medio de una carta, Juan Manuel Santos, nuestro presidente y Ricardo Lagos.

Quienes intervinieron, comenzando por el dueño de casa, lo hicieron con una donosura embriagadora. La presentación de Belisario, como todas las suyas, llena de conocimientos que llevan a pensar equivocadamente desde luego, que su sabiduría es del común y no el fruto de sus profundos conocimientos sobre política, del ser humano, afabilidad y comprensión de los asuntos en los cuales se ocupa; pero además de un sentido del humor que se traduce en manifestaciones de amistad de las cuales hace partícipes a quienes lo oyen. El cúmulo de su sabiduría, no exenta de los pincelazos de gentileza y humor demostrativos de las buenas y estrechas relaciones que mantiene con el expresidente Lagos como cuando le dijo que tendría que darle dos noticias: una buena y una mala. La primera que existe la vida después de haber sido presidente y la mala que para que esa vida exista a plenitud es necesario haber sido presidente. Evidentemente, el huésped de la Academia, independientemente de las inclinaciones políticas es una persona de la cual tienen que estar orgullosos los chilenos.

Su libro Así lo vivimos, como él mismo lo expresó, es la recopilación de todo lo que él y todos los demócratas hicieron durante la época de Pinochet hasta cuando por fuerza de las condiciones políticas tuvo que abandonar el poder y los gobernantes elegidos popularmente se hicieron cargo de restablecer el libre juego que dispone la democracia, en desarrollo de la cual, luego de haber tratado de ser designado candidato para las elecciones en las cuales resultó elegido Alwyn, fue elegido presidente de Chile, en las primeras elecciones chilenas en las cuales hubo segunda vuelta para reemplazar a Eduardo Frei. Fue nombrado ministro de Educación con el primero y de Obras Públicas con el segundo. Uno de las frases que pronunció en una entrevista televisada que caló entre los votantes chilenos fue el de querer acabar con quince años de silencio.

Durante su exposición en la Academia hizo gala de una gran y fácil capacidad de expresión. Demostró tener una mente clara y precisa; no se puede decir entonces que improvisó sino que expuso sus ideas y planteamientos con precisión.

La Academia Colombiana de la Lengua, bajo la dirección de Jaime Posada, marcó un hito notable en este acto con la presencia de lo más granado de la inteligencia nacional.