AMYLKAR D. ACOSTA M. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Diciembre de 2011

 

La revancha centralista

 

A pesar de la insistencia del ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, en el transcurso del trámite del Acto Legislativo, en el sentido de que “no se pretende centralizar los recursos” provenientes de las regalías, es inocultable el sesgo centralista de la propuesta del Gobierno en el proyecto de ley que presentó al Congreso para reglamentarlo y desarrollarlo. En efecto, la Secretaría Técnica del órgano rector del SGR estaría en cabeza del DNP, este tendría también la facultad de viabilizar los proyectos susceptibles de financiar con los recursos del SGR y como si lo anterior fuera poco también manejará el Smvce. De este modo, no queda duda de que el Gobierno Central tendrá la sartén por el mango, en detrimento de la autonomía de las regiones.

Huelga decir que ni siquiera los recursos propios que recibirán como participación directa los departamentos y municipios productores y portuarios podrán manejarlos autónomamente las autoridades respectivas, recursos que por lo demás no pasarán por sus presupuestos, pues tendrán que pasar por el cedazo de los organos colegiados previstos para el efecto en donde la constante será la omnipresencia del Gobierno Central con poder de decisión. Ello significa un retroceso descomunal con respecto a los avances logrados en materia de descentralización.

El Gobierno Central se estrenará expidiendo el primer presupuesto del SGR para la vigencia 2012 mediante decreto con fuerza de ley. Ahora se entiende por qué, sin que se hayan integrado los organos colegiados de los diferentes fondos que tomarán las decisiones relativas a la asignación de sus recursos, voceros del Gobierno Nacional se han apresurado a comprometer partidas con cargo a ellos en distintas regiones del país, sin que aún se sepan los criterios para la distribución de los mismos.

Un aspecto que ha pasado inadvertido es que el Gobierno Central prevalido de la existencia del SGR, las obras de impacto regional en lo sucesivo se financiarán en su integridad con estos recursos y de esta manera liberará recursos del Presupuesto General de la Nación, que de otra manera habría tenido que invertir en ellos. Y lo más irónico es que al disponer de los recursos provenientes de las regalías el Gobierno Central pasa por ser el gran dispensador de los mismos, como quien dice ganando indulgencias con camándula ajena. ¿Qué tal esa?

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