AMYLKAR D. ACOSTA M. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Septiembre de 2012

En la UCI

 

Al anunciar el presidente de la República Juan M. Santos la unificación del POS, dijo que “ya no podrá haber pacientes de primera y de segunda clase… En adelante, todos los colombianos, sin excepción, sin importar a qué régimen pertenezcan, sin importar su edad, tienen derecho a los mismos tratamientos, a los mismos procedimientos y a los mismos medicamentos”.

Pero, en la práctica ¿qué está pasando? Que con la homologación del POS a las EPS del Régimen Subsidiado se les obligó a cubrir los mismos servicios pero con menos recursos. Mientras la UPC del contributivo es de $ 547.639, la del subsidiado quedó en $ 433.666. Las consecuencias no se hicieron esperar. El SNS colapsó y tanto los afiliados al Régimen Subsidiado como los del Régimen Contributivo quedaron en el peor de los mundos. Con razón decía el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán que a lo que aspira el ciudadano de a pie no es a la igualdad retórica ante la Ley sino a la igualdad real ante la vida.

Como lo advirtió el presidente del Senado, Roy Barreras, “no se le puede seguir poniendo curitas a un herido grave”. Ante la movilización nacional de la Marcha Blanca demandando cambiar de cuajo la Ley 100 de 1993, que es en donde está el nudo gordiano de la crisis de la salud, que ya tocó fondo, el presidente Santos se apresuró a anunciar un “revolcón en salud”, que por ahora se ha limitado al giro de $ 1.2 billones para darle liquidez al sistema. Pero, es que el problema no es sólo de liquidez sino de solvencia de muchas de las EPS.

Cuando se expidió la Ley 100, se partió de la base de una mayor dinámica de la economía, pero esta premisa falló y de allí que el modelo, según el DNP, contemplaba como meta que “del 70% de la población total tuviera capacidad de pago y se afiliara al Régimen Contributivo y que el 30% restante fuera beneficiaria del Régimen Subsidiado. La relación hoy es de 40% en RégimenContributivo y 60% en Régimen Subsidiado”. El modelo, entonces, ha sufrido un dislocamiento y a ello hay que ponerle correctivos, de lo contrario no es sostenible financieramente. Mientras tanto, el SNS seguirá en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con pronóstico reservado.

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