Analicemos sobre lo real | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Septiembre de 2022

Desafortunadamente por la discusión que se está dando sobre la reforma a la salud en Colombia, me apartaré un poco de los temas habituales de reflexión de esta columna. La razón es que debemos despertar de los apasionamientos electorales y tomarnos muy en serio lo que viene proponiendo el ministerio de Salud en las últimas semanas, que además viene siendo una información fragmentada y revanchista, pero sobre todo que muestra un gran desconocimiento de los indicadores en salud de los últimos años en cuanto al desempeño del sistema sanitario. Muchos pensamos que esto es a propósito, con el fin de generar la idea que las cosas funcionan muy mal.

Me tomaré algunos momentos para decir que el gran problema que ha tenido el sistema de salud colombiano es el desconocimiento que tiene el público en general sobre éste, es más podría asegurar sin vacilar, que todas las personas que quieren reformarlo lo desconocen por completo. Desde que me gradué cómo médico en el 2001 era una situación evidente que las personas se quejaban todo el tiempo del sistema y de las EPS, pero nunca se dieron el espacio de leer ni conocer sobre el sistema de salud como que son muchos los actores que participan en él y muchas las modificaciones que se han hecho año tras año para que mejore en cobertura, accesibilidad, gestión de la salud y de la enfermedad, pero, sobre todo, en lo que nosotros llamamos pertinencia y proporcionalidad, que se resume en garantizar que los recursos alcancen para todos, tanto para los que están muy enfermos como para los que están sanos.

Desafortunadamente, múltiples situaciones como el aumento de la carga de enfermedad de la población por inversión de la pirámide poblacional, cambios en estilo de vida, la extensión del territorio colombiano, en donde alrededor del 60% es rural con gran informalidad laboral, y la introducción de nuevas y costosas tecnologías en salud, han hecho que la famosa UPC (Unidad de Pago por Capitación) se tenga que estirar y estirar, lo que ha generado que muchas EPS (Entidades Prestadoras de Salud) no sobrevivan. Y, como si no fuera poco, el sistema y las EPS han sido permeadas por situaciones de corrupción y mal uso de los dineros de la salud.

No es tan cierto que la salud solo la financie el Estado. Precisamente porque se cumple el principio de solidaridad, entre todos la financiamos, los trabajadores a través del pago mensual que hacemos y Estado, para que todos podamos acceder y tener salud sin pagos de bolsillo.  Es de resaltar la labor que están obligadas a cumplir las EPS, que vale la pena decir, son desconocidas hasta por la nueva Ministra y que va más allá de la intermediación, estas son: Administrar los recursos de la UPC para lo cual ellas deben buscar que el dinero alcance para todos y en sus justas proporciones; en este punto vale la pena mencionar que lo que hacen es cumplir la ley y en lo posible cumplir con todo lo que está en el Plan Básico de Salud; gestionar el riesgo en salud, es decir, identificar la población que más riesgo tiene de enfermar, complicarse o tener un gran costo médico para intentar tenerlos lo más sanos y mejor atendidos posible, en este punto impacta el número de usuarios que tengan afiliados y la carga de enfermedad.

También  articular su red de prestadores, esta función se refiere a elegir y contratar la red de prestación que mejor se acomode a las necesidades de su población articulando los niveles de complejidad de la prestación para que siempre haya mejor y oportuno acceso, En este punto es importante mencionar que muchas EPS solo tenían autorización para prestar servicios en ciertos lugares y adicionalmente, debían articular no solo la red pública y privada, sino también trabajar con los escasos recursos de prestación adecuadamente habilitados y de calidad que existieran. Por eso es tan importante recalcar lo mal que siempre hemos estado en número de profesionales de la salud y especialistas en las ramas más demandadas de prestación Pediatría, Ginecología, Cirugía General y Medicina Interna.

Solo analizando este panorama me permito concluir que hay un sistema fortalecido, engranado y con temas profundos a resolver, pero que en los puntos mencionados en las últimas semanas por la Ministra se resuelve parcialmente y no se asegura un mejor sistema con las propuestas que se están poniendo sobre la mesa. Hay que reformar, pero sobre datos concretos positivos y negativos del sistema e involucrando a todos los actores de éste. No nos podemos dar el lujo de improvisar porque corre riesgo la vida de muchos colombianos.