ANDRÉS FELIPE RANGEL GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Septiembre de 2012

¿Condiciones o negociaciones de paz?

 

Luego del ataque del 11 de septiembre en Estados Unidos por parte de Al- Qaeda, el presidente Bush envió un ultimátum al gobierno Talibán, solicitándoles que entregaran a Bin Laden y cerraran los campos de entrenamiento de Al-Qaeda. El gobierno Talibán respondió al ultimátum haciéndole una oferta de negociación al Gobierno estadounidense. El presidente Bush se encontraba en la disyuntiva de negociar o invadir.

Para entonces, la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y su Programa de Negociación, organizó un debate e invitó a Roger Fischer y Robert Mnookin, dos expertos en temas de negociación. Fischer planteó que la mejor opción era la negociación, mientras que Mnookin recomendó no negociar, pues era una mejor alternativa, toda vez que satisfacía de una mejor manera el interés de Estados Unidos de proteger la vida de sus habitantes de futuros ataques terroristas y además porque en el pasado el gobierno Talibán se había negado una y otra vez a entregar a Bin Laden y a cerrar los campos de entrenamiento, disminuyendo las posibilidades de llegar a acuerdos afines al interés de Estados Unidos.(Ver Mnookin, “Negociando con el diablo” p.p. 17-19)

Finalmente. Bush decide invadir, los campos de entrenamiento de Al-Qaeda son atacados, Bin Laden perseguido y dado de baja en el gobierno de Obama. La amenaza terrorista es disminuida y Estados Unidos no ha vuelto a sufrir episodios terroristas como los del 11 de septiembre de 2001 y sus habitantes respiran más tranquilos.

Esto muestra que no siempre las negociaciones de paz son la mejor alternativa para terminar un conflicto. De los 12 conflictos que se han desarrollado en Latinoamérica entre Estados y guerrillas, 7 terminaron con una victoria militar del Estado, en 3 hubo negociación y en 2 dos triunfó la guerrilla (ver Alfredo Rangel, Fundación Seguridad y Democracia). Es evidente que la mayoría de este tipo de conflictos ha terminado con un triunfo militar del Estado. Por otra parte, los diálogos con la guerrilla de las Farc no han dejado resultados positivos y han demostrado una tendencia de este grupo a manipular el Estado con el tema de la paz y dilatar las conversaciones con el ánimo de fortalecerse militarmente.

Actualmente Santos se enfrenta a un dilema similar al de Bush en su momento. Aunque ya ha decido iniciar un proceso de diálogos para la terminación del conflicto, aún sigue teniendo la opción de continuar dialogando o de no hacerlo.

¿Pero qué alternativa a los diálogos puede ser mejor? Las condiciones para la paz pueden ser una mejor alternativa. No serían diálogos, ni negociaciones, serian condiciones que el Estado pone a los alzados para que en un tiempo determinado entreguen las armas, liberen a los secuestrados y se reintegren; si lo hacen y cumplen estas condiciones se les ofrece beneficios para que inicien una nueva vida en sociedad y para que puedan participar en la democracia; si no, habría que derrotarlos militarmente.

Afrg8103@gmail.com