SI BIEN se tienen reservas sobre su durabilidad, el alto el fuego al que llegaron Israel y milicia chií del Líbano, es un primer paso clave para la estabilidad de Oriente Medio, una región tradicionalmente convulsa por los diversos frentes de ataque contra el Estado judío.
Acordada el martes tras la mediación de Estados Unidos y Francia, este acuerdo pone fin a once meses de ofensiva israelí contra la nación vecina, en respuesta a los combates con Hezbolá en la frontera y ataques aéreos, en apoyo a Hamás, duramente golpeada en Gaza tras su letal incursión a territorio israelí, que se saldó con más de un millar de víctimas mortales y el secuestro de no menos de 300 personas, de las cuales han sido liberadas un centenar.
El alto al fuego entró en vigor el miércoles, lo que permitió el regreso a casa de decenas de miles de libaneses desplazados desde hace dos meses por los enfrentamientos y bombas. Y aunque tanto Israel como Hezbolá se acusan de haber violado el pacto, con los ataques ocurridos los dos días siguientes, es altamente probable que termine por cumplirse a cabalidad, tal cual lo expresó el viernes el jefe de esa milicia chií, Naim Qasem.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu fue claro en advertir "he dado instrucciones" para que, "en caso de violación del alto el fuego, (el ejército israelí) lleve a cabo una guerra intensiva", al tiempo que insistió en que si ello no ocurre cumplirá con lo pactado.
Por su parte el presidente de Israel, Isaac Herzog, sostuvo que el alto el fuego en Líbano es una decisión "correcta e importante", pero advirtió a "(sus) enemigos" que el Estado hebreo se defenderá "en cualquier momento, en cualquier lugar y de cualquier manera".
"La prueba fundamental del acuerdo de alto el fuego (...) será su plena aplicación, garantizando la seguridad de todos los residentes del norte de Israel. La decisión del Gabinete de Seguridad israelí de aprobar la tregua es correcta e importante, pero debe quedar claro: el Estado de Israel defenderá a sus ciudadanos en cualquier momento, en cualquier lugar y de cualquier manera", sostuvo el mandatario.
Entre tanto, Qasem, se comprometió a "cooperar" con el ejército libanés en la aplicación del acuerdo con Israel, que prevé que las tropas israelíes y las de la milicia islamista se retiren del sur de Líbano. .
"Habrá una coordinación de alto nivel entre la Resistencia y el ejército libanés para implementar los términos del acuerdo", declaró.
El acuerdo de cese el fuego prevé el repliegue del sur de Líbano en un plazo de 60 días de las tropas israelíes, que habían lanzado una ofensiva terrestre el 30 de septiembre, una semana después del inicio de una campaña de bombardeos.
Las milicias de Hezbolá deberán retroceder por su lado hasta el norte del río Litani, a unos 30 km de la frontera, y desmantelar su estructura militar en el sur, donde solo podrán operar el ejército libanés y los cascos azules de la ONU.
"Que nadie apueste por problemas o conflictos" con el ejército, advirtió Qasem, que sustituyó a Hasan Nasralá, asesinado en un bombardeo israelí a fines de septiembre en el suburbio sur de Beirut, un bastión de Hezbolá.
"La Resistencia estará lista para impedir con nuestros socios, y ante todo con el ejército, que el enemigo se aproveche de la debilidad de Líbano", agregó Qasem, destacando que Hezbolá está dispuesto a colaborar para "fortalecer la capacidad defensiva" del ejército libanés.
¿Seguirá Gaza?
Las circunstancias con el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás son muy distintas y, por ello, es poco factible que Israel ceda a un alto al fuego sin que cumplan con la exigencia de liberar a los rehenes.
Ese grupo terrorista que atacó a Israel el 7 de octubre del año anterior, aplaudió el alto al fuego en el Líbano e inclusive se dijo dispuesto a un pacto similar con Israel en la Franja de Gaza para ‘detener la agresión’ pero con las condiciones que previamente ha presentado, a saber, el repliegue total de las ‘tropas invasoras’, el regreso de los desplazados y un acuerdo de excarcelación de presos a cambio de la liberación de rehenes.
Hamás ensalzó el "papel clave" de Hezbolá en los combates con Israel "en apoyo a la Franja de Gaza y la resistencia palestina" al tiempo que consideró que el alto al fuego con esa milicia chií “supone un hito importante a la hora de romper las ilusiones de Netanyahu a la hora de modificar por la fuerza el mapa de Oriente Próximo y derrotar o desarmar a las fuerzas de la resistencia".
En un comunicado divulgado por redes sociales se mostró dispuesto a “cooperar con cualquier esfuerzo para un alto el fuego en Gaza".
Tras ello, tanto el presidente Biden como sus pares de Egipto y Qatar, que han presentado propuestas en tal sentido, renovaron los esfuerzos para diseñar un plan que permita la solución negociada a ese conflicto, una misión muy difícil.
El saliente mandatario demócrata fue quien anunció el acuerdo Israel-Hezbolá y dijo que el mismo “acerca a Oriente Próximo a ser una región en la que predomine la paz, con un futuro en el que "los palestinos tengan un Estado propio", y que no amenace la seguridad de Israel".
El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, sostuvo que “Estados Unidos ve un principio de oportunidad para un Oriente Medio más estable", y confirmó que "el presidente Biden tiene la intención de ponerse manos a la obra hoy ordenando a sus emisarios que se pongan en contacto con Turquía, Catar, Egipto y otros actores de la región con vistas a un cese el fuego y un acuerdo para la liberación de rehenes en manos del grupo palestino en Gaza.
Por su parte, el enviado especial del presidente estadounidense, Amos Hochstein, muy implicado en las negociaciones entre Israel y Hezbolá, también ve una oportunidad para un cese el fuego en Gaza.
"Creemos firmemente que el acuerdo con el Líbano ahora abre esa puerta", indicó durante una reunión informativa con miembros de la comunidad judía estadounidense.
Después de firmar esta tregua con el grupo chiíta, Israel ya no está "en guerra en un frente", inspeccionado.
"La caballería ya no vendrá del norte para Hamás. Es el momento de que Hamás tome la iniciativa de sentarse a la mesa" de negociaciones, añadió./