“Nos dejará un reto: dar el primer paso hacia implementación de su mensaje”

En dos días el nombre de Colombia volverá a tener repercusión mundial, pues se producirá un evento transformacional, eclesial, político y hasta interreligioso durante cinco días, el viaje número veinte al exterior del papa Francisco.

Ya está listo el vuelo de Alitalia y en Colombia las tripulaciones y aeronaves de Avianca, así como la escolta de nuestra Fuerza Aérea Colombiana; los ornamentos bordados por las artesanas e indígenas; el menú con un rico ajiaco para soportar el frío y la lluvia de Bogotá este miércoles; los discursos, saludos y homilías; los recordatorios por la beatificación de los mártires Jaramillo Monsalve y Ramírez Ramos; las sillas y cojines para soportar las largas esperas por parte de los fieles y, en fin, el entusiasmo propio de un pueblo alegre como el nuestro.

La semana pasada, el miércoles, el Santo Padre invitó a quienes detentan el poder «a escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres, que son quienes más sufren por los desequilibrios ecológicos», ante las catástrofes naturales, entre ellas el huracán Harvey en Houston, así como las terribles las inundaciones en India, Nepal y Bangladesh hasta el corrimiento de tierras en Sierra Leona. En este último caso, el mensaje de Francisco condena la deforestación intencionada y la construcción ilegal, lo que parece estar detrás del alud que provocó más de mil muertos.

El llamado es el de no seguir de mala gana o con tristeza la visita y acoger al Vicario de Cristo, no sólo en su condición de sacerdote, sino como líder moral de gran credibilidad en el mundo.

También, para los bautizados, Francisco querrá rememorar siempre la chispa del primer encuentro con el Señor porque el cristiano es ese que conserva en su corazón esa «llama», y ante las pruebas de la vida “vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre”.

Así como esperamos lo haga en Villavicencio, Bergoglio ha hecho un llamado a la responsabilidad de cada persona, una invitación a la conversión ecológica a la que urge en su encíclica Laudato Si, ya que el cuidado de la Casa Común es una nueva obra de misericordia.

A propósito de la visita, bien vale la pena que cada uno de nosotros de ese primer paso y tome en consideración el mensaje de la semana pasada del papa Francisco, que nos recomienda algunas actitudes y comportamientos que resultan respetuosos con la Creación: “Por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas. No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo”.

Sin embargo, el domingo próximo, Francisco nos dejará un reto: dar el primer paso hacia la implementación de su mensaje.

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