Expertos se refieren a la posible utilización de armas biológicas para generar pánico, enfermedad y muerte con ataques letales. El tema no es de ciencia ficción. Bill Gates, al referirse al arribo de nuevas pandemias, manifiesta su preocupación frente al uso de microorganismos patógenos y toxinas en perjuicio comunitario, recomienda fortalecer la biodefensa, la adopción de medidas preventivas por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incrementar la producción de vacunas, abaratarlas, investigar la creación de nuevos medicamentos, destinar recursos con estos objetivos, estrechar la colaboración de gobiernos intercambiando información oportuna acerca de planes de grupos criminales, que la Interpol esté al día con su manual operativo de ayuda a las fuerzas del orden para detectar indicadores de actividades peligrosas, revisar los permisos de acceso a la comercialización vegetal y alimentaria.
Existen antecedentes de acciones de este tipo con diverso origen. En 1927 un grupo denominado Rise intentó envenenar el agua de Chicago; en 1984 integrantes del movimiento Osho infectaron once restaurantes en Oregón con salmonella, intoxicaron a setecientas cincuenta personas con el propósito de desviar el desarrollo de un certamen electoral; en 1993 se lanzó ántrax en el metro de Tokio; en el 2021 el servicio postal de los Estados Unidos detectó la presencia de carbunco en envíos; células terroristas del Estado Islámico amenazan con el empleo de armas biológicas contra los infieles.
Extraño que si bien la viruela fue erradicada en los años setenta del siglo XX subsista el virus en laboratorios, la experiencia con el covid-19, que hasta ahora deja más de cinco millones de personas fallecidas debe servir para el tratamiento adecuado de las pandemias, abrigamos la esperanza de que ellas no provengan de humanos.
Steven Hawking advirtió como uno de los posibles finales, no muy lejano quizá para nuestra especie, se deberá a un virus. El término bioterrorismo forma parte del lenguaje actual pero ataques de esta índole proliferan a través de la historia, rememoró el de hace muchos siglos cuando invasores introdujeron ovejas infectadas en Fenicia originando gran número de muertos, que en la antigüedad hubo enfermedades, cuya dispersión se atribuye al odio, a la perversidad, que los asirios infectaron los pozos de sus enemigos con un hongo de centeno que contenía productos químicos mortíferos, no se ha descubierto el origen de las epidemias de ébola en África, fue crimen atroz que el Ejercito Imperial Japonés bombardeara, en 1940, Ningboh, China, con bombas de cerámica llenas de pulgas portadoras del bacilo de la peste bubónica.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) menciona treinta y un organismos con potencialidad real de ser usados como armas biológicas, la solidaridad de gobiernos y naciones para controlar el recalentamiento global tiene que extenderse a la amenaza del bioterrorismo, el compromiso por la vida no admite discusión. El armamentismo convencional, nuclear y biológico es motivo valido de preocupación en el siglo XXI, hay que tener en cuenta lo expresado por Bill Gates sobre el futuro.