Por estos días que se avecina la gran campaña política y los candidatos a la alcaldía de Bogotá están alistando sus propuestas para lograr el respaldo de los ciudadanos en las urnas; valdría la pena revivir una idea de años anteriores, donde se acariciaba la posibilidad de direccionar nuestra capital hacia un esquema de servicio nocturno, buscando cubrir necesidades, bancarias, comerciales, servicios, logísticas, transporte, etcétera, en las horas de la noche.
No creo que sea muy descabellada la idea, pues la ciudad está pidiendo esa alternativa. Si desprevenidamente vemos la estrategia comercial de los madrugones, encontramos en los almacenes comprometidos en el asunto, un repunte en las ventas; existen algunos negocios que prestan sus servicios las 24 horas del día, entre ellos prestigiosas papelerías que sacan de apuros a muchos estudiante trasnochadores, sin dejar de lado el mundo gastronómico que a más de beneficiarse, amplía en el tiempo la atención a personas urgidas de esparcimiento en horas no laborables. En fin, no quiero extenderme en ofertas o reglones de la economía que podrían ser de gran ayuda ciudadana. Solo quiero motivar nuestros candidatos a estudiar, debatir y considerar esta posibilidad.
Ahora, el tema no es nuevo, en el mundo muchas ciudades no duermen y cubren las veinticuatro horas el servicio al cliente, impulsando sus economías y las ofertas de trabajo, lo que conlleva una posible reducción del desempleo; seguramente estas alternativas no tienen eco en ciudades pequeñas dada su escasa población, pero Bogotá amerita que la alternativa se experimente, o por lo menos se debata al interior de las entidades administrativas. Actualmente tenemos en empresas, asomos o intenciones de cubrir por más tiempo las necesidades de los ciudadanos, los bancos por ejemplo con sus horarios extendidos, son una muestra tímida, de lo que pude ser un servicio de veinticuatro horas. Lógicamente un proyecto de esta envergadura necesita varias pruebas para medir sus beneficios y falencias, que de seguro existirán, y no se puede improvisar en asunto tan delicado. Además estos laboratorios se podrían aplicar en sectores escogidos con suficiente análisis, me atrevo a pensar en zonas de centros comerciales trabajando las 24 horas, donde el ciudadano pueda contar con bancos, almacenes, es decir comercio en toda su extensión incluyendo cines, restaurantes y aún bares.
Para ello la seguridad juega un papel preponderante porque si no la hay el programa fracasa. Por ello se debe contar, a más del apoyo de la fuerza pública, con un buen cubrimiento de vigilancia privada, tecnología y medios de comunicación. En la media que se vean resultados, las administraciones ampliarán la cobertura y se extenderá por lo menos a sectores emblemáticos en cuanto a comercio y banca que, en últimas, son la punta de lanza en el proyecto.