La vida política en Colombia transcurre en ciclos semanales y no me refiero a la revista Semana. Aunque si… Semana es de los pocos medios que se atreven a revelar la verdad y tratar de evitar que Colombia sea próximamente y en el mejor de los casos la Argentina de los Kirchner…
Y no estamos muy lejos pues esa fue la propuesta magistral que hizo Petro a los banqueros. Proponer un próximo “corralito”. Que le pasen al gobierno la plata, los pesitos de los ahorros del ciudadano común para que los invierta mejor el gobierno… con mucho menor riesgo… como las pensiones.
Se podría decir que en Colombia cada semana trae su afán gracias a la revista Semana. “Afán” entendido como tremendo escándalo de corrupción, de inacción o de acción y de lo que se ve venir como el caso del corralito anunciado o cualquier entelequia legal como la de A. Leyva.
¿Y, lo triste saben qué es? … pues que cada semana inicia de ceros nuevamente y no hay consecuencias para nadie. Lo de menos es que nadie ni hable de lo que pasó la semana pasada lo grave es la ausencia total de responsabilidades. Se traspasó esa umbral invisible del temor a las consecuencias. Ya se sabe que no pasa nada por más grave que sea todo.
El problema es que cuando ya son tantos hechos y miedos termina pasando lo mismo que pasa cuando se repite mucho la palabra “importante” y es que ya realmente nada termina siendo importante.
Muchos ya sabíamos qué sería del presente y futuro de Colombia el 7 de agosto de 2022. Hoy, la teoría del caos, un libreto estratégicamente escrito y planeado en Sao Paulo y Puebla y seguido “By the book” y con mucho éxito en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Cuba, Argentina y Venezuela ya empieza a dar sus “frutos” en Colombia. El decrecimiento es un éxito total.
Por ejemplo, los reclamos y la indignación de los mineros en California (Santander) en contra de las exitosas políticas, antimineras y de decrecimiento puro y duro ya son palpables en la miseria y el hambre y más violencia. Y los reclamos son justos sobre todo los relacionados con la extrema preocupación del gobierno por asuntos que acontecen a miles de kilómetros de nuestros problemas. Las banderas que deben izarse son las del Cauca, Santander, San Andrés Islas, Chocó y no la de Palestina ¿o acaso a Palestina le importa el Cauca, Santander, San Andrés Islas o el Chocó?
La desintegración de Colombia, la implosión regional, el federalismo de facto, la lucha de micropoderes y el desconocimiento del gobierno central por parte de las regiones es inminente. Cada día pierde más y más autoridad el gobierno central en el ámbito regional. En San Andrés no se ven sino fantasmas y por ningún lado se asoma un líder de cara al 2026… si es que llega a haber elecciones presidenciales en Colombia en el 2026. Esa es la gran preocupación. ¿A Israel en qué le afecta no comprarle carbón a Colombia? En nada…
Juanfelipereyes@hotmail.com