“Por Covid-19 prima el bien común y el comunitarismo”
Uno de los aspectos positivos de la crisis sanitaria del Covid-19, es el de que la jerarquía de valores socio-políticos, con la que las mayorías -de la civilización occidental liderada en gran parte por EU-, nos hemos acostumbrado a vivir, tiene dos opciones: o la cambiamos o nos la cambian.
El proceso de cambio está ya está caminando y se ve reflejado en las distintas medidas que han tomado los gobiernos y las sociedades en general para enfrentar la crisis, en las que se puede observar que se está repensando la importancia del Estado como árbitro regulador e interventor de la economía de mercado, y se están poniendo a prueba las relaciones entre las personas y sus comunidades para superar la tragedia: “de esta salimos juntos” se oye por doquier. En otros términos, si bien el Covid-19 está obstruyendo las venas de la globalización neoliberal, al mismo tiempo está trayendo una inusitada presión al cambio de época que se venía dando paulatinamente, la cual será acelerada por la transformación de la jerarquía de valores subyacentes que ha estado encabezada por el individualismo y el utilitarismo.
El individualismo -“la fuerza y el límite del pensar liberal” (Ruggiero)- considerado durante los dos últimos siglos como una gran conquista de la civilización, está mostrando un indudable agotamiento. No es sino recordar que en su momento el individualismo liberal identificó “novedosamente” el bien común con la consecución individual de la riqueza: “el único bien común que reconocerán los liberales será la maximización del añadido de los beneficios económicos individuales” (Goodwin). De esta manera fue distorsionado el criterio comunitario que está en la raíz del concepto de bien común.
El punto a destacar es que hoy día, cuando la salud pública - un bien común por excelencia- está siendo afectada por el Covid-19, atacando por igual a ricos, menos ricos y pobres, a poderosos, a “influencers” y a los sin poder, dicho individualismo que generó la distorsión del concepto de bien común, está haciendo cola en la funeraria de la historia. Aún más, observando el comportamiento de la pandemia en E.U y trayendo a colación el individualismo (nacionalista) subyacente al “America First” de Trump, vemos su crudo anacronismo no sin conmiseración.
Respecto al utilitarismo, aquel alcanzar “la mayor felicidad para el mayor número” que se lograría espontáneamente a partir de la libre interacción de los sujetos sociales, no es sino pensar en las cuarentenas de distinta índole a las que se ha tenido que recurrir para tratar de “aplanar la curva”. Y caer en la cuenta de las reacciones provenientes de distintas latitudes a aquella declaración del republicano Dan Patrick: “que mueran los que tengan que morir, sin causar además una hecatombe económica…, aquellos mayores de 70 años deben comenzar a pensar en sacrificarse”. ¿Utilitarismo humanitario?
En fin, el Covid-19 está logrando que la jerarquía de valores, más temprano que tarde, pase a estar encabezada por valores socio-políticos tales como el bien común y el comunitarismo.