Evidentemente, tenemos candidatos dignos de ser nuestro presidente: cada uno tiene experiencia y soluciones para Colombia. Aunque no han podido exponer el “paquete completo de sus propuestas” -en los debates que hemos visto por la televisión- y en otros escenarios. Ningún proyecto serio se puede exponer en pocos minutos, eso no es serio, más bien confunden. En fin, estos espectáculos “no sirven para nada”, no se puede llegar al fondo de sus sueños, ni siquiera pueden explicar que consideran que es lo fundamental para hoy, para saber quién debe ser el próximo presidente. En fin, los debates no alcanzan a convencer a nadie.
Más bien nos hace falta evitar los chismes, las mentiras y las verdades a medias -que vienen a ser la peor mentira- y que terminan siendo veneno; convenciendo a los incautos e ignorantes, que el contrincante es un peligro para Colombia. Créanlo o no: están envenenando nuestro futuro. Esta ha sido la historia de nuestras elecciones: desde niño lo he vivido y hoy estamos sufriendo las secuelas de estas “sutiles picardías”.
Nos olvidamos de la suerte del General Rafael Uribe, que después de ser derrotado en la Guerra de los Mil Días (1899, 1902), en Palo Negro. El, y después de aceptar su derrota escribió algo así: “lo que hemos acabado de vivir fue una masacre irracional que nunca se pude repetir, los conservadores ganaron: hay reconocerlo y apoyarlos”: por esto, poco después, lo decapitaron con un hacha, en una acera del Capitolio Nacional, supuestamente, por traidor: y así mataron uno de los líderes más brillante de nuestra historia. A los 30 años de esto ya había bandoleros por los Santanderes.
Desde esos días hemos hecho los que fuera necesario para llegar a otro Palo Negro. Hoy no sabemos quién fue el culpable, lo que nos interesa es darle la oportunidad a quien gane, sin amarguras. Que, quien gane, gobierne para todos y quien pierda que se monte en el coche de Colombia ganadora. Por esto, tenemos que elegir un líder, que sea capaz de manejar “el caballo desbordado en que estamos montados”. Nuestro presidente debe ser alguien que conozca bien nuestra querida Paria: un líder que sea transparentes y preparado; que conozca nuestra geografía, su potencial económico y las diferencias culturales. Tenemos que elegir el que conozca mejor los diferentes rincones de nuestra cuna y sus problemas. Alguien que conozca los líderes regionales: sus dificultades y sus virtualidades.
En fin, mas importante sería que eligiéramos un presidente con el valor de salvar muestra Constitución. que es burlada todos los días, para darle gusto a ideologías ajenas a la antropología (la ciencia de la naturaleza humana) que debe ser el corazón de toda ley. Hoy nuestra Carta Magna es reconocida para darle gusto a unos ignorantes o manipuladores, por intereses ajenos a nuestra cultura: esto ha sido nuestra historia.
Por esto invito a todos a todos los colombianos, que son nuestros hermanos de sangre; que vivimos en un paraíso, que tenemos la oportunidad de remplazar la agricultura de los ucranianos con nuestra tierra, recordando ese: “perdona nuestras deudas como nosotros perdona nuestros deudores”, que es válido, para todos.