CARLINA TOLEDO PATTERSON | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Noviembre de 2011

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Existe  una teoría en la educación según la cual una idea se debe repetir como mínimo 7 veces antes de quedar grabada en el disco duro del ser humano y ahí sí poder empezar a hacer las conexiones neurológicas necesarias para analizar, discernir y decidir.

Sobre esa base cobra significativa validez lo dicho por el Director de este diario en su editorial del miércoles el cual -con respecto a la debacle del Partido Conservador en las elecciones del domingo y la necesidad de hacer un serio análisis al respecto- cerró diciendo “así lo volvemos a reiterar, y lo haremos cuantas veces sea necesario hasta que quede perfectamente entendido”.

Claramente no es la primera vez que desde este diario se dan campanazos de alerta y se solicita un redireccionamiento de la colectividad, tampoco es el único medio en el cual esa crisis se ventila con asombro y estupor desde columnas de opinión y artículos de análisis. De tal manera empieza uno a dudar no sólo sobre la capacidad de hacer conexiones neurológicas que tienen los que dirigen al Partido, sino las motivaciones que hay detrás de su atornillada al puesto. Frente a las cifras, alarma sobremanera que el presidente del Directorio afirme que el conservatismo “sigue siendo una fuerza política importante en el país” y que él “está tranquilo con los resultados del domingo”.

El primer paso es dar una lectura correcta a los resultados electorales para plantear el camino a seguir. La cruda y dura realidad es que efectivamente hubo una debacle, y estuvo más que anunciada y prevista por las presuntas “aves de mal agüero”.

Si existiera un poco de voluntad de darle sostenibilidad al Partido Conservador, seguramente se manejaría con algo de criterio gerencial, lo cual a mi manera de ver es la única opción viable en este momento. Se deben analizar hechos y datos, hacer un diagnóstico con cabeza fría, tener un diálogo abierto y franco con los grupos de interés para identificar necesidades, y posteriormente plantear una estrategia a seguir, una manera de brindar satisfacción según lo dicte la dinámica del mercado.

El potencial para la colectividad es inmenso si se asume una posición realista. Yo estoy plenamente convencida de que Álvaro Gómez Hurtado, más que nadie, estaría haciendo las mismas críticas, abrazando oportunidades y buscando la manera de hacer del Partido una opción viable. También pienso que estaría de acuerdo en que un Presidente que no sabe interpretar las necesidades, deseos y expectativas de sus clientes se debe ir, antes de naufragar su barco.

@CarlinaToledoP