El deporte colombiano recibe el más rudo golpe a nivel nacional e internacional. La participación de nuestros jóvenes valores, que desde niños se dedican a las diferentes disciplinas deportivas, se van por la borda, ante la avalancha de los mercaderes de la carne.
Los últimos gobiernos, pero especialmente este del Presidente Duque, se han dedicado a fortalecer “mente sana en cuerpo sano”. El Jefe Estado encontró el mejor prospecto para crear el Ministerio del Deporte. Se lo encomendó a Ernesto Lucena, con quien de inmediato se empezaron a ver los resultados con triunfos internacionales y nacionales, nuevas marcas y avalancha de muchachos en los pedestales del triunfo.
Pero como suele suceder en esta patria de Bolívar, aparecen los escollos que frenan el ímpetu de nuestra valerosa y emprendedora gente.
Quienes no han hecho nada por el deporte encontraron la mejor manera de engrosar sus ingresos a costa del detrimento de las disciplinas deportivas. Uno de los primeros en llevar del bulto fue un joven ciclista antioqueño, a quien le arrebataron un título internacional. Luego pagó la irresponsabilidad de los ganaderos el tenista Robert Farah y ahora tres grandes promesas de las pesas. Ana Iris Segura, Yenny Sinisterra y Juan Felipe Solis están en capilla y peligran tres medallas de oro en los Olímpicos para Colombia.
Todo ocurre porque la ganadería colombiana se maneja con ligereza. Somos uno de los pocos países que permiten la utilización de boldenona, medicamento que se aplica para fortalecer los músculos del ganado y otras especies. Ni Uruguay, ni Brasil, ni la Unión Europea lo admiten.
Esto ha determinado que la carne vacuna colombiana, no debe ser consumida por nuestros deportistas de alto rendimiento. “La boldenona se encuentra comúnmente en este alimento colombiano”, ha dicho el experto Arián Buitrago. Los controles hechos a los deportistas antes enunciados han resultado positivos y por ello los han sancionado por dopaje.
Fedegán, que es el gremio responsable por la calidad de la carne colombiana, se limitó a decir: “lamentamos mucho que los deportistas terminen en una circunstancia de esta naturaleza”. Y eso fue todo… luego volteó la página para denunciar aumento de la extorsión y el secuestro a los ganaderos. Esa afirmación fue drásticamente rectificada por el general Fernando Murillo, quien expresó que esos delitos habían bajado en un 80%. Muchos deportistas consideraron que la delación de Fedegán era la coartada perfecta para eludir su responsabilidad sobre el uso de boldenona y las fatales consecuencias para nuestros muchachos. Un escándalo tapa otro.
¿Quién le pondrá el cascabel al gato? ¿Qué autoridad se encargará de sancionar a los responsables de semejante desastre para el deporte colombiano?
Cuando a un animal se le aplica boldenona solo puede ser sacrificado 30 o 45 días después, debidamente certificados por un veterinario o un zootecnista. El gato no tendrá cascabel y nuestro deporte se derrumbará.
BLANCO: Se acaba la tal cédula al 150%.
NEGRO: ¿Quién o quiénes incendiaron La Macarena?
NEGRO: Imprudente utilizar centro deportivo para cuarentena de coronavirus.