“No todos los aeropuertos del mundo cuentan con CAT III ni tampoco todos los necesitan”
El acrónimo CAT III hace referencia al sistema más avanzado de aterrizaje por instrumentos ILS disponible en el mundo que permite aterrizar en condiciones de baja visibilidad o incluso visibilidad nula. Este sistema permite la continuidad en las operaciones de tránsito aéreo sin que se afecte la seguridad aérea. Pues bien, Colombia ya cuenta con este sistema en la pista sur del aeropuerto internacional Eldorado en Bogotá (SKBO) y próximamente en la pista norte.
No todos los aeropuertos del mundo cuentan con CAT III ni tampoco todos los necesitan. Pues hay aeropuertos que nunca presentan baja visibilidad y en consecuencia no lo necesitan. Y, aunque ya van 80 años desde que aterrizó la primera aeronave comercial usando un sistema de aterrizaje por instrumentos, hoy en día, solamente cuatro aeropuertos en Latinoamérica cuentan con CAT III en sus pistas, uno en Chile, otro en Argentina, otro en Toluca, México y en buen momento Bogotá. Hasta ahora se planea que el nuevo aeropuerto de Ciudad de México (NAICM) tenga CAT III.
Este avance, puede significar el adiós a los cierres del aeropuerto Eldorado por densa niebla, por lo menos para aterrizajes, a raíz de las heladas tan típicas de la sabana de Bogotá en ciertas épocas del año. En adición a lo anterior, se fortalecieron los sistemas de luces del aeropuerto Eldorado. Vale la pena recordar que los sistemas de aproximación por instrumentos se inventaron a raíz de la insuficiencia de las luces de las pistas de los aeropuertos para realizar operaciones. Es decir, que con las inversiones que hizo la Aerocivil se está garantizando que Bogotá no solo sea uno de los aeropuertos más seguros del mundo sino de los más modernos, desde la perspectiva de la seguridad aérea.
Ojalá este servicio a la navegación aérea, que la Aerocivil pone a disposición de las aerolíneas que operan en Bogotá, ayude a que sus operaciones sean más eficientes, con menos cancelaciones y retrasos de vuelos por causas atribuibles a la meteorología y que en últimas beneficie a su majestad el usuario, pues ahora sí, “llueva, truene o relampaguee”, su vuelo puede aterrizar de forma segura y puntualmente en Bogotá. En conclusión, se trata de tres letras, que el pasajero verá en la pista desde la ventanilla de su avión, pero que hacen toda la diferencia.
@ReyesJuanfelipe