Se respira cierto aire de desconcierto frente a las próximas elecciones que, como lo advirtió para bien o para mal el expresidente Uribe, “ojo con el 22”, cuando apenas se empezaba a hablar del caso.
Desde entonces empezaron ciertos “movimientos” que ponen a pensar a candidatos, electores y autoridades. Lo que podrá venir debe alertar al gobierno, a los diferentes partidos y a agrupaciones políticas y candidatos que participarán en el debate electoral del 22. ¡Ese ojo parece tener cataratas!
El primero en sembrar la desconfianza fue el propio registrador cuando pidió a quienes tuvieran la mínima preocupación o sospecha de un fraude, que no se presentaran en los comicios. Otra actitud debería haber asumido quien contará los votos, vigilará la rectitud de los debates y garantizará a partidos, candidatos y masa de votantes la limpieza del evento. Hasta el momento no ha explicado aquello de eliminar a quienes presagien falsedad o trampa.
Otra alarma se produjo cuando el gobierno incluyó en la Ley de Presupuesto un orangután que le permite intervenir directamente en las elecciones: “ojo con el 22”. Se busca con la eliminación de la Ley de Garantías, manejar las cosas y abrir de par en par las puertas a la corrupción, en este país campeón mundial en estas materias. El Congreso, con mayoría “enmermelada” y experta en manejo y compra de votos, aprobó precipitadamente la medida.
El presidente Duque podría haber exhibido su imparcialidad frente a los comicios; pero ni siquiera atendió a la juez que le solicitó estudiar la sanción de la ley antes de firmarla.
Estos casos abundan y ponen a pensar a candidatos y votantes. ¿Para dónde vamos, y quienes ganarán con las exuberantes, prebendas y ubérrimas ventajas? Por muchos controles que se apliquen, la “exley de garantías” será burlada. Si se violaba cuando era precepto, ¿qué no sucederá ahora que fue exterminada para entregar los dineros públicos a diestra y siniestra, para comprar votos? Habrá más votos que habitantes en muchas poblaciones y departamentos. El nuevo censo que se inventó el registrador lo permitirá.
Y mientras esto sucede, ni los partidos, ni los movimientos, ni los dirigentes, abren los ojos al 22.
Los líderes se convirtieron en centro. Hoy todo es centro, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. El partido del gobierno está despedazado. Muchos de ellos aún hablan del no al plebiscito y del “robo” de la presidencia a Iván, Oscar. Otros lamentan haber elegido presidente y no tener gobierno. Ninguno de ellos reconoce algo a Duque.
Estamos en la antesala de unas elecciones que pueden malograr nuestra democracia. Se requiere cuanto antes, claridad por parte del gobierno, de los partidos, de los candidatos y de los votantes. Ojo a la catarata
BLANCO: Como siempre, el Premio Simón Bolívar exaltó con justicia a los más destacados colegas. Gran herencia de Ivonne Nicholls.
NEGRO: A la presidenta de la Cámara no la salva ni el voto de Anatolio.