Colombia no quiere el aborto (II) | El Nuevo Siglo
Miércoles, 23 de Febrero de 2022

El fallo de la Corte Constitucional que despenaliza el aborto en cualquier circunstancia hasta las 24 semanas o seis meses de gestación va a generar una respuesta en contra de una mayoría que buscará una reforma de la Carta o muy seguramente la opción de la consulta popular, ante un país que registra estar en desacuerdo en un 68% de la muestra.

La movilización democrática se amparará en la Constitución, con base en afirmaciones de la misma jurisprudencia, ente ellas: la primera, es a partir de la soberanía del pueblo de donde emana todo poder público.

La segunda: si bien Colombia se inscribe bajo la acepción de Estado de Derecho, es decir que toda actividad se rige por las normas jurídicas, es también un Estado social de derecho, que como tal debe garantizar condiciones de vida dignas y, a su vez, un Estado democrático donde los titulares del poder público ejercen su rol en virtud de la voluntad de los ciudadanos, quienes además pueden intervenir directamente en las decisiones vía la democracia participativa.

La tercera, como extensión del derecho a la libertad de conciencia, nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia o convicciones y que la objeción de conciencia es entonces la única forma para personas de carne y hueso (no jurídicas) a proteger su genuina libertad, autonomía o creencia religiosa.

La cuarta, la vida es “inviolable” y, como tal, el derecho a la vida tiene la mayor jerarquía, no admite restricciones ni la dignidad del ser puede ser relativizada entre unos y otros.

La discusión, por fin, va a empezar a darse por el lado de la evidencia científica y se va a desligar del asunto religioso que, aunque es complemento y de gran valor para nosotros los creyentes, es el agarre de muchos para borrar los demás argumentos y obviar el debate.

El fallo ha generado alta controversia por aceptar el aborto hasta los seis meses de gestación, cuando cualquiera a esa altura visualiza al bebé formado, que puede sostenerse en la palma de la mano. Este va a ser el hilo delgado de las propuestas de reforma, que estarán por comenzar y abre la caja de pandora en pleno debate electoral.

La base podrá ser la neonatología, ciencia médica del cuidado intensivo de los recién nacidos, que ya ve en los “microprematuros” su probabilidad de supervivencia. Los avances científicos ya dan cuenta de un bebé nacido, en el borde de las 21 semanas de gestación, con desarrollo normal. Por esto, bien vale responder a la pregunta clave de cuándo comienza la vida desde la visión de la ciencia.

El premio Nobel de medicina, Yamanaka y Gurdon, padres de la medicina regenerativa, reconocen que antes de las 18 horas de concepción ya está fundido el material genético por completo y que el cigoto o la primera célula o embrión está en su primer día de vida.

Para los convencidos en la vida desde la concepción, no importa si es un día o seis meses de gestación y el aborto no dejará de ser la interrupción de la oportunidad de la vida de otro ser, cuyos padres, o solo la mujer, deciden por él, donde la ciencia es cada vez un mayor soporte. En cierta medida el fallo va a impulsar a una mayoría a defender su posición desde la plataforma democrática, junto con la afirmación del derecho de los médicos a objetar este acto por convicción y razones de conciencia.  

  Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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