¿Comprar la paz? | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Julio de 2023

Pagar para que los delincuentes y subversivos no maten, ni los jóvenes tomen ese camino, es contrario a la ética, por cierto, la paz, obligación ciudadana, a través de la historia no se ha conseguido plenamente desde la aparición de los seres humanos.

La violencia obedece a causas diversas, a injusticias e insatisfacciones, corresponde al Estado desarrollar programas tendientes al incremento de la productividad, a la educación, a la prevención y cubrimiento de la salud, al régimen pensional, a mejorar las condiciones de vida de los sectores de menores recursos e ingresos, a laborar por la convivencia comunitaria, pero nunca sobre la base de pactar desaparición de delitos, archivo de expedientes judiciales e    impunidad.

La paz romana se afianzaba en el sometimiento de los pueblos al imperio, la de los conquistadores a la imposición de normas y vasallaje a los indígenas, la de los tiranos en el terror, la de las democracias en la libertad y el orden.

En las Naciones la mayoría de los habitantes coexisten con acato a lo dispuesto en las Constituciones, son siempre minorías con torvos intereses las que acuden a la violencia para obtener éxito en sus empresas disociadoras.

El pacto que rebaja la dignidad ciudadana en medio de conflictos, de comportamientos humanos destructivos, carece de sindéresis, modificar valores reconocidos por la civilización y la cultura, regresando a épocas donde las relaciones humanas fueron perfeccionándose hasta conformar normas jurídicas de integración es enorme retroceso.   

Los ciudadanos recibimos noticias preocupantes y expresamos opiniones para que cesen las determinaciones absurdas.  Pagar a los jóvenes vacuna con el objetivo de que no maten merece el repudio colectivo, solo enunciar la iniciativa refleja desprecio por la sociedad, hay valores que no pueden clausurarse, esencial inculcar a los niños, adolescentes y menores principios éticos cuya supervivencia jamás se reemplaza entregando muchas o pocas monedas. No entiendo lo del suministro controlado y terapéutico de drogas. Tampoco la transacción con narcotraficante que paren actividades ilícitas dejándoles parte de sus utilidades, ni la razón para financiar al Eln si se logra un acuerdo de paz.

En Colombia el desorden moral perturba, la derretida del Estado se disfraza con la palabra cambio vinculada a la acción de clientelistas en cargos públicos a los cuales difícilmente hubiesen llegado dentro de un concepto racional del ejercicio político.

El hombre malvado no lo es por nacimiento, sino por falta de cultura y pésimas influencias, los honestos no deben hallarse situados en inferioridad de condiciones a los criminales, hay que trabajar con los honrados en lugar de depender de los bandidos. Hace falta un equipo administrativo idóneo, precisar metas, cohesionar la participación popular alrededor de objetivos fundamentales, no enredar el trabajo del Congreso con múltiples proyectos contradictorios de reforma.

Coda. - En referencia a Nicaragua limites intocables, plataforma continental reconocida y sentencia del 2012 de la Corte Internacional de Justicia inaplicable sin la suscripción de Tratados. Con los países del área hay una excelente oportunidad de configurar un gran programa en beneficio continental.