Conciencia nacional | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Marzo de 2019

Participé en dos momentos de la última Asamblea de la Conferencia Episcopal de Colombia (04 a 08, 02-19), circunstancia que me permitió rememorar, por el tema tratado, el gran servicio que la Iglesia Católica  ha prestado, está prestando y sigue prestando a nuestra amada Patria, en grande dimensión. Un destacado Jurista nuestro mereció el título de “Conciencia Jurídica del País”, lo cual me inspira para nuestra Iglesia el de “Conciencia Nacional”.

Mirando a la educación, ha estado y debe estar la Iglesia atenta desde el cultivo de estructurados hogares que han de engendrar y educar bien hijos al servicio de Dios y de la Patria, lo mismo que a crear y sostener centros educativos a toda escala,  dando líneas correctas a toda la ciudadanía. En la atención a infantes, a enfermos y ancianos. En cuanto reclamo de los trabajadores, ha impulsado entidades sindicales y  de ahorro y crédito a los de pocos o medianos recursos. Ha sido pionera, en este aspecto, con llamado a den testimonio de responsabilidad y cooperación a la creación de riqueza nacional desde los mismos hogares, ordenados y laboriosos.   

Hubo momentos en aquella Asamblea en donde se pasó revista a la presencia de la Iglesia en varias de sus regiones. Qué satisfactorio palpar cómo en medio de la clase política, entre directivos civiles de los pueblos, en todas las regiones, incluidas  las de mayores conflictos, nuestros  prelados, sacerdotes, líderes católicos, educadores y padres de familia, van ofreciendo su leal aporte a iniciativas de paz y de progreso, y de poner freno a la corrupción, a las injusticias y a los atentados contra la vida. Eso es ser conciencia nacional”.

No podía dejarse de lado destacar, al fondo mismo de la tarea eclesial, los esfuerzos por ordenados, jugosos y sistemáticos métodos de Evangelización que se vienen impulsando, que son alma y nervio de toda esa labor que beneficia a la Nación. La sencilla devoción de nuestro pueblo, su religiosidad bien cultivada, es conexión con el cielo y fuente de esa ayuda visible de lo alto. Esa labor evangelizadora, y esa férvida oración, nos mantienen en alto a pesar de las diarias insidias de los enemigos de Dios y de su Ley, y llevan a la prontitud y firmeza, en defender los sagrados y salvadores principios heredados de nuestros mayores.

Hay personas que no podemos olvidar como sembradores de bien, representantes de la que hemos llamado conciencia nacional”, desde los primeros misioneros  y santos, llegados a nuestras tierras, y  Arzobispos grandes apóstoles como el Siervo de Dios Ismael Perdomo y el Obispo del gran Tolima Esteban Rojas, y, en los últimos decenios, los Cardenales Aníbal Muñoz  y José de Jesús  Pimiento, quién en buena salud acaba de cumplir cien años (18-02-19). Gracias a ellos,  y al buen número de santos que misionaron nuestra tierra, sembraron incansablemente semillas de bien, acompañados de Sacerdotes, Religiosos (as), laicos, (as) generosos, consagrados apóstoles a quienes tanto debe nuestra Nación. Gracias a Dios por este pasado, por el entusiasta y laborioso presente religioso, por esa promesa de futuro valioso que está en manos de las presentes y futuras generaciones.       

*Obispo Emérito de Garzón

Email: monlibardoramirez@hotmail.com