El mundo entero está en emergencia por la aparición de “coronavirus” que ya ha cobrado más de 400 víctimas en China y que empezó a pasarle la cuenta a la economía mundial, incluyendo a la norteamericana, que con la fuerte mano derecha de Trump había castigado al girante asiático y a tantas otras naciones del planeta.
Paradójicamente “coronavirus”, le ha permitido a China mostrar su poderío, su laboriosidad y la fuerza que posee para atender este tipo de contingencias, que ponen en jaque la vida del globo en que habitamos. Sus científicos están en acuartelamiento de primer grado, buscando la cepa de esta alarmante neumo-gripa que avanza hacia una pandemia y que puede arrebatar la vida a millones de habitantes.
China ha demostrado al mundo que afronta las adversidades con seriedad. Mientras en Colombia nos demoramos años enteros construyendo un puesto de salud con dos cuartos como consultorios, un reverbero para esterilizar jeringas y una camilla a la que le falta una rueda y cubierta con una raída sábana, los Chinos en solo 9 días levantaron un megahospital con mil habitaciones, los más modernos equipos y aparatos para atender pacientes y elementos que envidiaría el más actualizado centro de salud colombiano.
En el Chocó murieron esta semana 5 niños, porque no hubo un centro de salud, con equipo médico que les atendiera una diarrea.
Esa es nuestra realidad. Nos encontramos en la sede mundial de la corrupción. El dinero que los chinos destinaron para construir el megahospital, en nueve días, se habría esfumado en nuestro entorno en una semana. En esta perversión, somos súper eficientes, y populares.
Aquí abundan los “elefantes blancos” y las primeras piedras deterioradas y sin las placas, reposan en los “reducideros”, que las autoridades ubican, pero les aplican la “vista gorda”.
No cumplimos ni normas y ni compromisos. Jugamos con los acuerdos. Para ejemplo, están las implementaciones a la paz, a la que día a día le aplican la “ley trizas” de Londoño.
La paz fijaba obligaciones a los guerrilleros, al gobierno y al propio presidente de turno. El dejar hacer y el dejar pasar, ha servido como rey de burlas.
Esa la razón, para que en Colombia haya hecho aparición la “coronalíderes”, la pandemia que nos aqueja. En enero, fueron asesinados 27 líderes sociales –el fiscal (e) solo sabe de uno- y nadie ha investigado los orígenes de esta epidemia, ni ha procedido a “construir” un mínimo centro de atención. Por fortuna no han dedicado dineros para ello, porque ya sabemos a dónde hubieran llegado esos fondos.
La “coronalíderes”, continuará en Colombia, ante la inexistencia de la implementación que se requiere para cumplirle a la paz.
BLANCO: Llega el día del periodista con dos buenas noticias: Álvaro García resucitará RTVC con su experiencia y Erika Fontalvo mantendrá el Heraldo en el picacho. Feliz día a todos los colegas.
NEGRO: Increíble que vaya a Derechos Humanos la exministra que pretendió “semifallar” el proceso de paz. ¿Qué buscan los del CD?