Costa Rica es mundialmente conocida por la profunda vocación medioambiental, por apostarle a la conservación de muchas de sus áreas naturales como el Parque Nacional Carara. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) es referente en la materia para cualquier país que quiera hacer una apuesta real en la protección de la biodiversidad. Es el Estado que sobresale a este lado del Atlántico en conservación.
SalveMonos, entre otras tantas, es un organización o gubernamental que viene trabajando desde hace muchos años, integrada por centenares de voluntarios que tienen como misión central salvar al mono congo o aullador (Alouatta palliata palliata), especie nativa que viene siendo la gran víctima de los tendidos eléctricos de alta tensión. Los accidentes mortales son paisaje a lo largo del país, situación que preocupa a los proteccionistas de la especie se encuentra clasificada “En peligro de extinción” en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta realidad deja ver una cara poco conocida de la Costa Rica ejemplar a los ojos del mundo en conservación.
Esta es una situación que persiste por la falta de voluntad política para abordarla. Ninguna autoridad se compromete a fondo para superar una situación que requiere una visión técnica ya que son accidentes que se pueden prevenir y las autoridades tienen plenamente identificados los puntos donde ocurren estos incidentes de manera recurrente. Es por ello que podría eliminarse el riesgo subterranizando del cableado, cubriendo los cables, disponiendo de cruces especializados para evitar estas muertes que, en la mayoría de los casos terminan siendo bastante dolorosas, crueles e innecesarias.
Esta situación empieza a volverse más preocupante con el pasar del tiempo. Cada vez es más frecuente encontrar agonizando, echando humo y retorciéndose de los mortales dolores a los osos perezosos, los de dos dedos (Choloepus hoffmanni) y de tres dedos (Bradypus variegatus). Es una tragedia nacional que las autoridades no quieren conocer ni reconocer.
Con estas electrocuciones, los ‘ticos’ ven cómo además de las afectaciones a su rica biodiversidad se socava y electrocuta un símbolo nacional, sin que a sus dirigentes y autoridades ambientales el tema les merezca un esfuerzo para corregir la situación.
Efectivamente en Costa Rica se electrocuta a un símbolo nacional. En 2020 la Asamblea Legislativa declaró al oso perezoso como símbolo nacional y le asignó al Ministerio de Ambiente y de Energía la misión de velar por su conservación, tarea en la que está fracasando, resultando una auténtica contradicción que justamente sea su otra rama misional, es decir la energética, la que está causando el fracaso en el cumplimiento del deber de salvaguardar la vida del símbolo nacional y de paso la del mono Congo.
Mientras el Ministerio de Ambiente y Energía no admita que llevar el servicio público de energía a las comunidades implica hacerlo con respeto de la vida silvestre, seguiremos asistiendo a la muerte masiva de monos y de osos perezosos.
@domingoanimal, luisdomingosim@gmail.com