La mano corrupta de una dirigencia integrada por “ratas de alcantarilla”, como las denominó el Presidente Duque, salió en defensa del infame primer lugar mundial que ostentamos dentro de la corrupción. Se había pensado que el tremendo castigo que ha traído a nuestra población el Covid-19, era suficiente penitencia. Pero existe una maraña que no da tregua, que persigue hasta el ultimo centavo de los dineros públicos, de los apoyos de la ciudadanía, del sector privado y de la caridad internacional.
Estamos acostumbrados a lo ajeno, al pillaje y a toda suerte de depravación. No había aparecido la generosidad, cuando la corrupción había introducido sus podridas manos. Mientras nuestras clases más necesitadas sentían el ingreso de coronavirus en sus cuerpos con los latigazos de la fiebre, la diarrea y la asfixia, ya la descomposición llevada de la mano por la política, gozaba del dinero y las donaciones.
Esto se presenta en todos los niveles. Uno de ellos sucedió con los dineros gubernamentales para el agrocampo. El 90 por ciento, con los más bajos intereses, se entregó a los grandes capitales y propietarios; el 8% a los medianos y un miserable 2% a los pequeños. El expresidente Samper en declaraciones para el nuevo Canal Notisúper, expresó la necesidad de destinar abundante crédito a los pequeños, que son los mejores pagadores. Y así ha venido sucediendo con los créditos de todo el sistema financiero, especialmente con aquellos que tienen ayuda estatal.
Y no se diga lo que viene ocurriendo en los departamentos y municipios. Como estamos a pocos meses de iniciados los gobiernos regionales, aparecieron como por encanto los políticos de quienes dependen, e hicieron su agosto. Enlatados de $2.800 se cobraron a $25.000 y más.
El Invima, apresuradamente aprobó el medicamento ¨hidroxicloroquina¨, producido por un laboratorio en el que tiene intereses el Presidente Trump, como lo denunció en Univisión el periodista colombiano Gerardo Reyes. Este fármaco, solo sirve como sustento para pacientes de malaria, artritis y lupus, más no para el Covid-19.
Estas son muestras de las acciones de las “ratas de alcantarilla”, con los dineros de las víctimas del Covid-19, en nuestra nación en la que existen dirigentes, empresarios y gentes que quieren apoyar las acciones del gobierno en su lucha contra la pandemia. Tanto el Nobel Santos y el expresidente Samper, están listos a colaborar, aunque este último urge por una mayor inversión social, especialmente para los industriales, comerciantes y agricultores, más pobres.
Colombia y otras naciones urgen medidas para enfrentar al Covid-19 y evitar las tragedias que como un tétrico manto se tiende sobre nuestro futuro. El hambre, la extrema pobreza, la parálisis y el pillaje, se suman al deterioro de una salud cuya privatización la lleva en caída libre. El Presidente Duque, tiene en sus manos la solución.
BLANCO: Los 1.000 empleados que busca Amazon en Colombia.
NEGRO: Las encuestas sobre popularidad van a enloquecer a los mandatarios regionales.