Como casi una versión santandereana de Donald Trump, lenta pero firmemente se ha abierto paso en el país antipolítico la figura de un empresario que, prácticamente arrebatándole los argumentos a la izquierda, empezó a quitarles esa porción de votantes a quienes eran sus dueños absolutos.
La soberbia y ataque directo como se dirige a los demás, hace que el ingeniero Rodolfo Hernández Suarez hable a muchos como quisieran interactuar los colombianos con los políticos. Las actitudes arrogantes lo hacen ser popular y sus iniciativas renovadoras,aunque inviables, son hoy por hoy las más llamativas.
La lucha solitaria y quijotesca que emprendió lo aleja de los pactos políticos que se asoman en las demás candidaturas y alianzas. Éste por el contrario, ha preferido esperar y aguardar un golpe de suerte que lo ubique en segunda vuelta de manera directa y de esa forma enfrentar a Gustavo Petro, a quien le ha mostrado sus dientes de manera frecuente y con el que ya hay más distancia de por medio y, seguramente, menos probabilidades de acercamientos futuros.
Eso en el panorama político, ahora en el administrativo ¿Qué tan capacitado estaría Rodolfo Hernández para gobernar el país? La respuesta siempre tendrá que ser preocupante, pues no se evidencian fortalezas en los temas que toca cuando se le pregunta algo, su sustento práctico siempre será una posición de critica a una clase política a la que ya graduó como su enemiga y a la que culpa de todo, pero de ahí no se pasa.
Seguramente por errores sucedidos en su administración de Bucaramanga, un juzgado de esa ciudad fijará para abril la audiencia preparatoria a juicio por los delitos de falsedad ideológica, contrato sin cumplimiento de requisitos legales e interés indebido en la celebración de contratos, este año, que seguramente por el momento electoral en que estará sumido el país en ese mes será aplazada, pero que sin duda alguna, será utilizada por su contendor, en caso de pasar a segunda vuelta, para tratar de quitarle el favor de los que hoy son sus seguidores en la lucha contra la corrupción. Él, por su parte y como era de esperarse, ya justificó esta situación como una persecución de sus enemigos políticos.
No obstante esto, ese tipo de falencias poco o nada distraen al elector. Situaciones similares se han se han visto en otros países latinoamericanos como Perú o Chile, donde la falta de experiencia y preparación de unos candidatos no fue óbice para que fueran electos como presidentes, y utilizando el mismo discurso que se está empleando por la campaña de Hernández, lograron que lo que al inicio pareciera descabellado, con el tiempo tomara fuerza.
La falta de experiencia es un precio muy alto que se paga en muchas de las cosas que hacemos los seres humanos, cuestan demasiado. Esperemos que no sea la decisión a la que tengamos que enfrentarnos como país pasadas las próximas elecciones, porque como estamos visualizando el panorama, el único que podría arrebatarle la presidencia a un populista es otro más populista y, eso, desde ya preocupa.