¡Cómo se ha vuelto de ruidoso el ambiente existencial de nuestros días! Casi que desesperante. Pequeños asuntos o preocupaciones de unos pocos, los medios como idiotas útiles, los han agrandado hasta lo inimaginable. Estos ruidos son temas que, teniendo alguna pequeña importancia, se les da un alcance que no merecen. Por ejemplo: el trato a los animales, el uso de la bicicleta, el deporte, la selección, las peleas entre expresidentes, los huecos de las calles, lo que dice cualquiera de los funcionarios públicos -en lugar de lo que hacen-, etc. Ni hablemos del famoso género, del matrimonio re-inventado, de los ríos contaminados, etc. Agotador todo.
Sin embargo, aunque todo eso hace mucho ruido, la vida del común de la gente tiene preocupaciones muy diferentes y es la que está detrás de tanto ruido. Y harían bien dirigentes de todo orden y aún los mismos periodistas en tratar de fijarse con más cuidado en las verdaderas necesidades de las mayorías para ayudar a solucionar. A las personas del común les saca la piedra que sus dirigentes y comunicadores se la pasen distraídos en tantos temas ridículos y manipulados. A la gente le preocupa, sobre todo, el tema económico y con razón; le preocupa la vida de sus familias, la inseguridad de la calle, el empleo, la salud. Lo de la paz, curiosamente, no es preocupación importante para muchos. Y las encuestas serias, no las de la felicidad hechas con el presupuesto nacional, ratifican una y otra vez estos temas.
En la acción, es tremendamente importante que los dirigentes, también los religiosos, estén concentrados en acompañar a la población en lo que más necesita, haciendo un esfuerzo por deslindarse de los temas “pérdida de tiempo”. Temas que por lo demás con frecuencia terminan por extenuar y llenar de canas a la dirigencia. No hay que dejarse tentar por los “temas virales”, que por lo general son absolutamente insulsos. Acaso, entonces, estamos hablando de grandeza en el quehacer de quienes dirigen y de quienes manejan la opinión pública. Cuando Jesús abordó la realidad de los pobres, los enfermos, la religión farisaica, y ofreció perdón, misericordia, alimento, las llanuras de la Galilea fueron escasas para acoger a todos los que le seguían. Hora de volver a lo importante en nuestra sociedad y dejar de perder tiempo en tanta cosa sin sentido.
PD: Avanzo en la lectura del Acuerdo Final entre Gobierno y las Farc. Voy en la página 160. Una verdadera prueba mental y espiritual.