DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Diciembre de 2012

Llegó Navidad, le rezamos al Niño Dios para recordar su nacimiento hace más de dos mil años en el portal de Belén. El espíritu de Navidad es un sentimiento de fe y de cultura, los cristianos sentimos alegría al llegar la Navidad y nos disponemos a celebrarla como ha sido la tradición.
No hay que confundir la Navidad con las primas que dan las empresas, ni con las bonificaciones de fin de año, mucho menos con los regalos, cenas y gastos que una familia hace. Para algunos la Navidad se convierte en un tormento porque el dinero no les alcanza o sencillamente no tienen plata para hacer las compras y son víctimas de la presión social y más aun del consumismo.
Recibimos en nuestros hogares cantidades de folletos con ofertas de los almacenes, muñecos de última generación para los niños, los más modernos electrodomésticos, lo último en muebles para renovar el hogar, la moda, los perfumes, los carros nuevos con muchas facilidades de crédito y hasta casa nueva, o planes vacacionales maravillosos y bueno, todo eso está bien, porque a todos nos gusta adquirir cosas nuevas y participar de los adelantos que ofrece el mundo, claro, eso está bien, pero cuando se puede y no cuando se vuelve un martirio, en que sufrimos porque en esta Navidad no podemos colmar a los nuestros de regalos. Pues bien, esa no es la Navidad, no confundamos las compras y los regalos con la conmemoración del nacimiento del Niño Dios que es otra cosa. Lo mejor es separar ambos conceptos para obtener una Navidad feliz, en el espíritu y en el bolsillo. La primera como cristianos en donde el pesebre, los cantos, las oraciones y alabanzas nos recuerdan este hecho tan maravilloso que cambió a la humanidad y el segundo la justa recompensa por el esfuerzo laboral de las personas, pero lo importante es ser racional porque no todos los años son buenos y no se cuenta con dinero suficiente para comprar.
Por eso queridos amigos es que debemos ser muy conscientes y racionales, hablar con nuestra familia y hacer el balance anual con ella, para que todos en la familia comprendan los resultados y se celebre la Navidad conforme lo que fue el año.
Por último una recomendación sana y oportuna, por favor no se excedan en tomar licor, no olviden que el licor es una amenaza contra la salud, la estabilidad emocional, la integridad personal y la familia, grandes errores se han cometido por el estado de embriaguez de las personas y ahí sí que se cierra mal el año, qué mejor que decir: ¡feliz Navidad, en paz y tranquilidad!
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*Presidente Canal Teleamiga Internacional