EL PARTIDO demócrata estadounidense no solo está “navegando en aguas ignotas” como lo destacó el expresidente Barack Obama, sino que lo hacen en contra de los principios que defienden (defensa de la democracia) ya que sus líderes cerrarían la puerta a una Convención abierta para ‘coronar’ a Kamala Harris como la sustituta de Joe Biden en la carrera presidencial.
La vicepresidenta de Estados Unidos y hasta el domingo al mediodía fórmula presidencial del mandatario demócrata, es la virtual candidata de los demócratas luego que éste cediera a las presiones internas para que diera un paso al costado, que se hicieron tan notables como crecientes tras su errático desempeño en el debate televisivo con Trump, pero que en el trasfondo era la pérdida de terreno electoral por los resultados de su administración, tal cual lo evidenciaron las encuestas sobre popularidad, conducción del país y, por ende, intención de voto.
Kamala Harris, presentó el mismo domingo su candidatura presidencial formal ante la Comisión Federal Electoral de Estados Unidos, tras recibir el apoyo del propio Biden, el expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary, así como de sus potenciales rivales (los gobernadores de California, Michigan, Illinois, Minnesota, Wisconsin, Maryland, Pensilvania y Kentucky) y otros dirigentes de su partido, el más reciente de ellos la de la expresidenta de la Cámara Nancy Pelosi. Sin embargo, el espaldarazo de uno de los pesos pesados, el exmandatario Barack Obama, como del líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y su par de la Cámara, Hakeem Jeffries, no se han dado.
Al igual, algunos de los mayores donantes de los demócratas, como Vinod Khosla y John Morgan, pidieron una "convención abierta" y "un candidato más moderado" en un mensaje en sus redes sociales. El primero etiqueta a Shapiro ya la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer como parte de la fórmula, mientras que el segundo escribió "Hay que ser entusiasta o esperar un nombramiento político para pedir dinero a los amigos. Yo no soy ninguna de las dos cosas".
Entre tanto, analistas como Carson Holloway, becario de Washington en el Centro para el Estilo de Vida Americano del Instituto Claremont, considera que los demócratas “han hecho un espectáculo ridículo y están reprobando la prueba de la democracia”. Así lo argumenta al señalar que los 39 congresistas que pidieron la renuncia de Biden a su reelección, “son una pequeña fracción de la representación demócrata de la institución nacional en la que sirven, alrededor del 15 por ciento”.
Y agrega que, por supuesto, los donantes y medios de comunicación que aumentaron esa presión “no representan a ningún votante en absoluto –quienes lo eligieron en las primarias- . Al tener éxito en su empresa, el candidato electo de uno de nuestros principales partidos políticos ha sido apartado por un número minúsculo de personas. ¿Es esta la idea de democracia que alguien tiene?” concluye en un artículo publicado en “The American Mind”.
En este camino incierto se han escuchado dudas, pero también muchas críticas, porque hay quienes instan a respetar la voluntad que expresaron los ciudadanos en los caucus y primarias. Esos millones de votos se tradujeron en la escogencia de 3.900 delegados, que en la Convención de Chicago, desde este 19 de agosto, iban a avalar la candidatura de Biden. Ahora con su retiro, están en libertad de elegir su candidato.
Por ello, hay voces que piden realizar una primaria nacional relámpago, donde participen Harris y otros aspirantes, o llegar a Chicago con una Convención abierta a otros candidatos. Sin embargo, por cómo los líderes demócratas están manejando las cosas, todo parece indicar que será escogida la candidata en un proceso diferente y exprés ante el poco tiempo de campaña y un rival consolidado, ya que el expresidente republicano Donald Trump mantiene la ventaja en las encuestas.
El Partido Demócrata ha prometido un "proceso transparente y ordenado" para sustituir al candidato. De no ser así no sólo se generarían dudas sobre su legitimidad, sino que podría jugar en contra del ‘elegido’, o ‘elegida’, tal cual se visualiza con Kamala Harris, quién tras confirmar el retiro de su jefe, el mismo domingo realizó una maratón de llamadas telefónicas a líder demócratas, congresistas, gobernadores y otras personalidades para asegurarse su apoyo.
“Un jefe incomparable”
Harris, primera mujer en fungir como vicepresidenta de Estados Unidos y con la posibilidad de convertirse en primera mandataria, dedicó su primer acto de campaña a ensalzar el legado de Biden, cuyo mandato termina en enero.
"El legado de Joe Biden es incomparable en la historia moderna. En un mandato ya ha superado el legado de la mayoría de los presidentes que han estado dos mandatos en el cargo", aseguró la virtual candidata demócrata un acto en la Casa Blanca con deportistas universitarios.
Así, Harris ha recordado que su primer contacto con el presidente fue a través de su hijo ya fallecido Beau Biden, quien le contaba anécdotas que ponían de manifiesto la "honestidad, integridad, compromiso, fe y amor por Estados Unidos" de Biden y que, con el tiempo, la propia vicepresidenta ha sido capaz de ver "de primera mano".
"Soy testigo de primera mano de que todos los días nuestro presidente Joe Biden lucha por la gente estadounidense y estamos profundamente agradecidos por su servicio a nuestra nación", agregó la actual vicepresidenta, explicando que su inasistencia al acto se debe a que se recupera del covid. "Se siente mucho mejor y se recupera rápido, pronto volverá a la carretera", sostuvo.
Fortalecida por dos noticias, el apoyo de la mayor parte de los 57 partidos estatales a su nominación presidencial y un recaudo record de USD 49 millones de dólares en donaciones en menos de 24 horas -tras la renuncia de Biden-, Harris diseña una abultada agenda y enfoca su discurso de campaña, que sin duda se centrará en que el aborto vuelva a ser un derecho constitucional, un tema que ha liderado desde su cargo de vicepresidenta y que la enfrenta abiertamente con su retador, el expresidente Trump.
Retos inmediatos
Si bien la segura candidatura de Harris ‘oxigena’ a los demócratas, por temas que van desde la edad –es 20 años menor que Trump- hasta garantizar la continuidad de la agenda por ‘salvar el alma del país’ como la definió Biden, son al menos tres desafíos que debe enfrentar ya para posibilidad un triunfo este 5 de noviembre ante el expresidente republicano, que como reseñamos, se mantiene firme y sumando apoyos. Sin duda, un gran obstáculo para el sueño de llegar al Salón Oval.
Pero, ganar confianza de los votantes, lograr la unidad del partido y aclarar sus bandazos en cuanto a la reforma de la justicia criminal es su tarea inmediata. Si bien como vicepresidente sus encargos fueron liderar la campaña por el derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo y buscar soluciones a una creciente migración irregular -en lo que se fracasó-, tanto su misión como visión como candidata es de mucho mayor espectro, alcance e impacto.
Aunque no será el primer vicepresidente que dé el salto a la jefatura de Estado, ya que 15 de los 49 presidentes estadounidenses entre 1789 y 2021 lo hicieron, y ocho de ellos lo hicieron tras asumir el poder desde la muerte de su predecesor, si gana sería la primera mujer en ocupar esa alta dignidad.
Consciente de los recelos, Harris se comprometió a hacer "todo lo posible" para unificar al Partido Demócrata. Y se apresta a definir su identidad política para la cual, seguramente, se basará en su carrera judicial, la que sin embargo genera dudas desde tiempo atrás.
Primero como fiscal de San Francisco (2004 – 2011) y luego como fiscal del Estado de California (2011-2017), Harris fue criticada principalmente por su inconsistencia en relación a posteriores actitudes que exhibió durante su cargo posterior en el Senado de Estados Unidos (2017-2021).
Por poner un ejemplo: Harris se describió en 2016 como la "policía número 1 del país", en una reivindicación de sus esfuerzos en la lucha contra el crimen. En su campaña presidencial de 2019, Harris llegó incluso a solicitar una moratoria federal sobre la pena de muerte. Una vez en el Senado, Harris acabó rectificando y llegó a proponer una reforma policial tras el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un agente de las fuerzas del orden público.
"Estamos ante un historial de discrepancias", señaló a la cadena ABC Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte. "Hay casos en los que, como fiscal de distrito, decidió no solicitar la pena de muerte, y hay otros casos en los que ella, como fiscal general, tomó medidas que dificultaron que una persona potencialmente inocente tuviera acceso a pruebas que pudieran llegar a la verdad".
Además, Harris también tendrá que aclarar definitivamente su postura sobre la seguridad social en Estados Unidos. Aunque en los últimos años se ha declarado rotundamente a favor de potenciar la sanidad pública, el plan que presentó durante su fallida candidatura comprendía ciertas concesiones a los seguros privados que sus críticos consideraron como demasiado beneficiosas.