DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 6 de Junio de 2013

Un pacto nacional

 

La verdad es que no se sabe cuándo comenzó el conflicto en Colombia. Unos dicen que desde hace 70 años, en la violencia política liberal-conservadora o desde el asesinato de Gaitán en 1948, es posible, pero otros lo datan de muchos más años atrás, también con orígenes partidarios. Algunos piensan que cuando se fundaron las Farc y el Eln en 1964, pero hay quienes creen que en la década de los 80 cuando surge y florece el narcotráfico. Para ciertos campesinos el conflicto viene del enfrentamiento de los guerrilleros con el Ejército y el surgimiento del paramilitarismo, hoy son las bandas criminales emergentes. Todos trafican con drogas, armas, secuestran, boletean y vacunan. Es un conflicto de nunca acabar.

Un estudio hecho por la revista Semana revela que son 5 millones y medio las víctimas del conflicto, entre muertos, desplazados, mutilados, heridos, secuestrados y muchos otros males más. Reparar a todas estas víctimas costaría según un estudio actuarial unos 55 billones de pesos, pudiendo ser aún mayor. Como están las cosas el dinero no lo hay, pero pienso que el país podría producirlo y pagarlo en una década, pero ahí no terminaría el problema, pues la corrupción administrativa, el robo a las arcas del Estado, bien sea a escala nacional, departamental o municipal, jamás permitirá contar con esa plata para estos fines. De otra parte el odio, dolor y falta de perdón no contribuyen al clima de reconciliación. La falta de justicia y el imperante reino de la impunidad son cómplices del conflicto. La debilidad democrática que permite jugar con las necesidades del pueblo por bandidos electoreros no permite los cambios que se requieren. Y si le agregamos un ingrediente letal que es el narcotráfico generador de violencia, ambiciones, venganzas y corrupción la cosa se hace más difícil.

¿Cómo hacer para resolver tanto problema? No hay respuesta fácil, se intentan muchos caminos pero aislados, no convergen en uno solo. Pienso que lo primero que debe existir es una franca voluntad política, hacer un acuerdo nacional a dos décadas, un pacto de no agresión, respetar las reglas democráticas, hacer que la justicia funcione, buscar fórmulas de equidad, justicia social, mejores condiciones de trabajo, aumentar la productividad, un frente común y riguroso contra la corrupción, penas más severas y sin tanta concesión, formación para la paz, mayor educación en especial para el trabajo, inversión en infraestructura y poner a funcionar todos esos tratados de libre comercio a favor y no en contra, lograr seguridad urbana y rural. Pero por encima de todo debe haber un pacto nacional y un proyecto integral que cubra todos los frentes, sin interés político ni económico, sólo con interés de patria. En muchas cosas se está avanzando aun cuando no obedecen a una solución definitiva, pero sirven de antecedentes y preámbulo a la solución final. La paz es posible, sólo es asunto de proponernos a conseguirla.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional