Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Febrero de 2015

El metro para Bogotá

 

Como están las cosas no creo que el metro para Bogotá se haga por ahora y menos aún en la actual administración del alcalde Petro. El Gobierno nacional quien aportará el 70% de la obra ya manifestó que no hay la plata. El Director de Planeación Nacional de manera objetiva explica las razones para que esa obra no sea posible arrancarla, primero porque el Estado necesita cubrir un enorme déficit fiscal proyectado, segundo por la disminución del precio del petróleo que afecta los ingresos de la Nación. Y tercero porque Bogotá necesita imprescindiblemente otras obras de desarrollo obligado, como son la ejecución de la troncal de Transmilenio de la Boyacá, la recuperación de la Avenida Caracas, la construcción de la Avenida ALO, la descontaminación del río Bogotá, los metrocables para los cerros del sur, la construcción de  colegios y la recuperación de la malla vial. Esto sin tocar obras adicionales como deprimidos, puentes elevados y vías alternas que la ciudad pide a gritos para mejorar la movilidad.

Entonces siendo realistas, el Gobierno nacional que es quien tiene la sartén por el mango, no creo que le vaya a soltar a este gobierno distrital demagógico, una partida inicial de 6 billones de pesos en un año electoral, para que se ufanen de ser los que le dieron el metro a Bogotá y con ello se queden de nuevo con la alcaldía para seguir llevando la ciudad a ruinas como en los últimos años, en especial en esta administración que ha sido todo un desastre.

De otra parte quienes estamos a favor de hacer el metro para Bogotá, también pensamos que necesitándolo urgentemente, este diseño y modelo de metro que se pretende es inconveniente, pues el costo es altísimo y el riesgo es que una vez embarcados salga costando el doble. Y la única manera de financiar ese posible sobrecosto sería con más impuestos de valorización que salen de nuestros bolsillos. En cambio, si se repensara la obra y se hiciera un metro elevado, este costaría una tercera parte del metro subterráneo proyectado, sería más moderno, bonito, ligero, estético y sobre todo práctico, pues las obras no serían tan pesadas y no requerirían tanta excavación, ni alteración de las redes de alcantarillado, agua potable, energía, redes de comunicación y además teniendo en cuenta que el subsuelo de Bogotá es altamente arcilloso por la elevación del nivel freático, las obras serían un caos, pues con el pésimo estado de la malla vial, la falta de vías, el incremento anual de los vehículos y motos y demás situaciones caóticas, entonces el colapso vehicular sería algo desastroso. De ahí que la solución sería el metro elevado, con la tercera parte de la inversión, más rápido de construir, más moderno y útil, sin tanto traumatismo para la ciudad. Ojalá el próximo alcalde sea más sensato y actúe razonablemente sobre las auténticas necesidades de Bogotá y no pensando en congraciarse para proyectar su candidatura presidencial, tal como lo hace el actual que no hizo nada por pensar en ser Presidente.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional