Dignidad humana | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Octubre de 2022

En días pasados fueron publicadas unas declaraciones del presidente de la Republica de El Salvador, Nayib Bukele, en donde hace una reflexión sobre si se respetan los derechos humanos a los delincuentes ¿Quién respeta los derechos humanos de la gente honrada? Haciendo una clara alusión a la no garantía de estos derechos para las personas honradas y si a los que llama delincuentes. Hasta ahí podría decir que, aunque no soy experto en este tema, pues esto que dice el presidente podrían ser unas declaraciones normales de un jefe de Estado que quiere justificar sus actos frente a la delincuencia como defensa de los derechos humanos de las víctimas. Lo que más me llamó la atención fue que se hizo noticia en nuestro país y rápidamente se viralizó en las redes sociales captando la atención de muchas personas que de muchas maneras apoyaban las palabras de este presidente y comentando que lo mismo está pasando en Colombia.

Estuve leyendo algunos de los mensajes mencionados y me detuve en uno que me gustó mucho porque ejemplifica realmente el contenido de estas palabras haciendo un símil con un dilema ético que se nos presenta a los médicos en el día a día y es que, si nos llegan a urgencias dos personas mal heridas buscando ayuda, una honesta y otra delincuente a ¿cuál le salvamos la vida primero? Y la respuesta es simple… ¡pues a las dos! Y la razón está en que los médicos debemos garantizar el derecho a la vida independiente de la forma de pensar del paciente, su partido político o su forma de actuar frente a la sociedad.

Veo que la dificultad de muchas personas es no comprender que los individuos poseemos un valor por el solo hecho de existir que se llama dignidad y ese valor nos hace iguales los unos a los otros, por tanto, somos reconocidos como seres humanos, es decir, que actuamos con los defectos y virtudes de una persona humana y esto nos hace cumplir en sociedad unos deberes y ser acreedores a unos derechos. Las leyes y normas de un Estado son precisamente para que todos podamos tener esos derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales como, por ejemplo, a la vida, a la salud, al buen nombre, a hacer una familia, a tener una empresa o un empleo y por ende a una remuneración etc. Pero existen otro tipo de derechos que fueron promulgados desde 1948 por las Naciones Unidas mediante la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Estos son unos principios aceptados universalmente, reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, enfocados en asegurar al ser humano su dignidad como persona en su dimensión individual, social, material y espiritual.

Por lo anterior, lo que pienso es que estamos en la época en donde “confunde y vencerás” en ese sentido lo que se vuelve criticable es separar la sociedad entre honrados y delincuentes, porque de hecho esto es un acto de discriminación, el deber de un Estado es proteger los Derechos Humanos de todos sin diferencia, ahora bien, es deber del aparato jurídico de un país hacer respetar la ley y garantizar los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las personas, castigando al que transgrede esas leyes con sus actos, pero eso no justifica que si una persona comete un error o delito dejemos de respetarlo como humano y se desconozca el derecho que así lo acredita, porque los únicos que tienen ese derecho son las personas que no los comenten.

Pienso que es importante parar con este tipo de análisis que terminan casi siempre en justificar abusos y actos de lesa humanidad, así nos cueste entenderlo todos somos seres humanos independiente que nuestras ideas y actos sean buenos o malos para una sociedad. Todos tenemos ese derecho y nadie debería tener un trato diferencial.