Dos ventanas de oportunidad | El Nuevo Siglo
Martes, 25 de Octubre de 2016

De acuerdo con el más reciente Informe sobre el desempeño fiscal de los departamentos sus ingresos propios alcanzaron los $8,1 billones en 2015, de los cuales $6,7 billones corresponden a ingresos tributarios y $1,4 a ingresos no tributarios. Por su parte los ingresos tributarios tuvieron una dinámica importante, con un crecimiento real cercano al 13,6% de 2012 a 2015. No obstante, este crecimiento se basó en un aumento generalizado de las estampillas, que pasaron a convertirse en el segundo ingreso más importante de los departamentos con un recaudo de $1,1 billones en 2015. En contraposición, tanto el recaudo del impuesto al consumo de licores como de cigarrillos, tuvo un retroceso en términos reales cercano al 14%, afectado principalmente por el contrabando.

La evidencia en la ejecución de ingresos tributarios de los departamentos muestra una estructura tributaria agotada, poco representativa y de bajo crecimiento, que busca opciones de expansión en gravámenes como las estampillas, que son considerados antitécnicos y que significan en sí una reasignación del gasto más que un ingreso, porque es pasar dinero de un bolsillo para el otro. Esto hace pensar en la pertinencia de una modernización de los impuestos departamentales que deberá incluirse en la reforma tributaria estructural que acaba de radicar en el Congreso de la República el Gobierno Nacional. Esta necesidad también se hace evidente en términos de la dependencia de los ingresos departamentales con respecto a los recursos de transferencias del Sistema General de Participaciones, que alcanza a ser en promedio de 36%  (¡!) del total de ingresos.

Por el lado de los ingresos departamentales provenientes del Sistema General de Regalías, estos tienen también una tendencia decreciente, ya que pasaron de $9,3 billones para el bienio 2013-2014 a $8,9 billones para el 2015-2016 y se prevé una caída mayor para el bienio 2017 - 2018. El desplome de los precios de los comodities y la caída de la producción de petróleo están impactando de manera directa la generación de regalías. Dado que el sentido y la finalidad de el FAE es ahorrar en la época de las vacas gordas para cuando llegue la época de las vacas flacas y en las vacas flacas estamos, los departamentos han propuesto que se haga efectivo el año entrante el desahorro de los recursos del FAE y además reformar la ley permitiendo que el desahorro pueda alcanzar un porcentaje superior al 10% definido actualmente.

Así mismo, se está planteando la necesidad del fortalecimiento del fisco territorial, dado que en los últimos años se ha venido imponiendo una descentralización disfuncional, delegándole más funciones a las entidades territoriales pero sin transferirles los recursos necesarios y suficientes para asumirlas. En este contexto, el Proyecto de reforma tributaria y los ajustes que demanda el SGR, ahora que se retrotrae al Acto legislativo 01 de 2001, se convierten en dos ventanas de oportunidad para los departamentos que no se deben desaprovechar.

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*Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos