Eduardo Vargas Montenegro, PhD | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Noviembre de 2015

 

“El viaje vital, una experiencia individual”

ESENCIA

Transformación

 

Los seres humanos estamos llamados a transformarnos, a evolucionar, tanto en lo individual como en lo colectivo, solo que para que lo segundo ocurra es imprescindible lo primero. Sí, varias veces he compartido aquí que el viaje vital es ante todo una experiencia individual; otra cosa es que nos encontremos con otros viajantes en el trayecto. Desde el momento mismo de nuestra concepción, el óvulo fecundado se transforma, a unas velocidades que en la vida adulta nos causarían vértigo: es el inicio de la montaña rusa de la vida, en la que cada curva, subida, bajada y puesta de cabeza cumple un papel fundamental en las experiencias que hacen que la vida merezca ser vivida. Si bien esas primeras mutaciones suceden en formas prediseñadas por la existencia, con el tiempo requerimos del ejercicio de la voluntad para que los cambios ocurran.  Es una tarea de consciencia, darnos cuenta del llamado natural al movimiento.

La consciencia se va desplegando a medida que crecemos. Cuando yo era niño se decía que el uso de razón empezaba a los 7 años; hablo de la era análoga, en la que los cambios eran más lentos que en el presuroso mundo digital. Los niños de ahora aprenden más rápido, interpretan más precozmente, interactúan más profusamente que los niños del siglo pasado. La “razón” se empieza a usar más temprano, y lo ideal sería que fuese acompañada de emoción sana y de acción íntegra. Ese sería, teóricamente, un desarrollo adecuado, el que vincula en forma balanceada el cuerpo, el corazón y la cabeza; pero como afortunadamente el viaje es individual, cada quien se va transformando de acuerdo con sus propios ritmos, en momentos particulares y en tiempos específicos. Esa es la diversidad de la transformación, que por más diferente que sea pareciera inevitable, al menos para el mayor porcentaje de la población.

¿De qué factores va dependiendo que nuestras transformaciones personales fluyan a lo largo de nuestra vida? Desde la confianza vital que tomamos de adultos y cuidadores, hasta nuestras habilidades de socialización, pasando por los procesos de salud-enfermedad. De adultos podemos compensarnos nosotros mismos las falencias que generan nuestro estancamiento, lo cual solo es posible cuando asumimos la responsabilidad de nuestra existencia como tarea propia, antes que culpar al de afuera por lo que pudo haber sido y no fue.  Si nacimos, si sobrevivimos a la infancia -física y emocionalmente- es porque estamos llamados a transformarnos. ¿Para quién? En principio, para nosotros mismos, en un compromiso con nuestra propia vida, la única que nos ha sido dada y por la única que podemos responder. Sea cual sea nuestra situación actual, podemos reconocer nuestro poder y seguir transformándonos.  A eso vinimos.  

@edoxvargas