Mujeres indígenas son obligadas a bailar para el Clan del Golfo | El Nuevo Siglo
La Defensoría del Pueblo alertó que las mujeres que reclaman ayudas humanitarias son intimidadas. Foto: AFP
Jueves, 12 de Septiembre de 2024
Redacción Web

Las organizaciones de mujeres y feministas denunciaron que miembros del Clan del Golfo obligaron a las mujeres de la comunidad indígena Emberá a bailar para ellos en la comunidad de Punto Viejo, Chocó.

Ante este y otros hechos de intimidación, las mujeres se vieron forzadas a huir en horas de la noche, pero 5 de ellas fueron retenidas: Merina Forastero Isarama de 14 años, Yamilda Forastero Isarama de 18 años, Enerita Forastero de 14 años, Clara Chamorro Morroco de 19 años y Yorleydi Chamorro Morroco de 15 años.

Las organizaciones exigen reactivar los acuerdos humanitarios, ceses al fuego y mesas de conversaciones entre los actores armados y el Gobierno Nacional. También urgen al Gobierno a exigir a los actores armados respetar el Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos, con especial protección a niñas y mujeres.

Además, piden al Gobierno Nacional declarar a Chocó prioridad para garantizar el derecho a una vida libre de violencias de las mujeres y las niñas, adoptando medidas para prevenir, judicializar y sancionar los hechos de violencia basada en género. Solicitan establecer un canal de diálogo con el movimiento de mujeres en los procesos de negociación, siendo las mujeres titulares del derecho a la paz.

Tras el confinamiento prolongado en el departamento Chocó y 108 homicidios a cargo de bandas delincuenciales organizadas y el Clan del Golfo, el alcalde de Quibdó, Rafael Bolaños Pino, viajó a Bogotá para pedir atención y soluciones por parte del Gobierno Nacional.

La Defensoría del Pueblo alertó que las mujeres que reclaman ayudas humanitarias y recursos de la indemnización que les corresponde por ser víctimas del conflicto armado en varias comunidades de Chocó son objeto de extorsión, acoso sexual y ultrajes. Algunas han manifestado querer suicidarse por no soportar más la degradación a la que están siendo sometidas, con temor de hablar sobre lo sucedido por peligro a sus vidas.