El déficit fiscal del Gobierno Central además de agudo es crónico. Como es apenas lógico, según la Ley de Wagner, el gasto público tiende a crecer con el tiempo y el tamaño del Estado, tanto en términos absolutos como en proporción del PIB, dado que cada día debe asumir mayores responsabilidades. Del 8.4% del PIB que representaba el gasto público en 1985 se pasó al 19.2% en 2015, muy por encima de sus ingresos corrientes.
Según el Informe de la Comisión del Gasto Público, la brecha existente entre el precario recaudo impositivo, que se aproxima al 14% y el gasto público, que supera los 3 puntos porcentuales del PIB, suponiendo un ingreso no tributario adicional de 2 puntos porcentuales del PIB.
Finalizando el año anterior, Colombia estuvo a punto de perder el grado de inversión de su deuda soberana. Standard and Pooor´s la que redujo su calificación crediticia rebajándola de 'BBB' a 'BBB-'. Entre sus consideraciones para tomar esta decisión estuvo el magro crecimiento de la economía, que cerró el año con un 1.8% y el alejamiento de la meta del déficit fiscal, que se resiste a ceder, acentuada por la época de las vacas flacas del sector minero-energético, poniendo en riesgo el cumplimiento de la Regla fiscal.
Y ello no obstante la “austeridad inteligente” planteada por el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, la cual se tradujo en un apretón fiscal, recortando $4 billones en el Presupuesto de la vigencia 2017 y anunciando otro recorte para el 2018, de tal manera que el PGN pasó de $181.7 billones en 2017 a $182.1 billones en 2018.
Una de las razones que adujo el Ministro Cárdenas para tramitar la reforma tributaria de 2016 fue la de “evitar perder la clasificación BBB”. Aprobada dicha reforma, S&P manifestó que “aunque esperamos que los déficits fiscales de Colombia se reduzcan, los resultados de la reforma del 2016 han estado por debajo de lo previsto y el cumplimiento de la meta fiscal ha recaído parcialmente en ingresos extraordinarios”, refiriéndose a los recursos provenientes de la multa impuesta a las operadoras de telefonía celular Claro y Telefónica por valor de $4.7 billones.
En efecto el ingreso adicional por cuenta de la reforma tributaria fue de sólo 0.4% del PIB, inferior al 0.7% estimado por el Gobierno. Moody´s cambió la perspectiva a la economía colombiana de “estable” a “negativo”. Por su parte Fitch le dio un compás de espera y manifestó que “hasta que no se conozca la política del próximo gobierno” no tomarán ninguna decisión al respecto.
Para dar cumplimiento a la regla fiscal el déficit fiscal tenía un techo de 3.6% del PIB para el 2017 y 2.7% del PIB para 2018, sin embargo en el Plan Financiero actualizado del Ministerio de Hacienda se fijó como meta alcanzar el 3.1% en 2018. Para cumplir, el ajuste deberá ser por un monto total estructural de 2.1% del PIB.
www.amylkaracosta.net