Todos los países, todos los presidentes, primeros ministros y gobernantes, se rodean de expertos en las diferentes materias, para que los asesoren, con dignidad, confianza, rectitud y fidelidad.
Especial cuidado dan a las relaciones exteriores, razón por la cual se asesoran de personas eruditas y letradas en estas materias, a las que denominan “cancilleres”. Cuando deben atender asuntos foráneos, consultan primero con ellos y con otros consejeros u organismos que las constituciones permitan.
Los gabinetes, los organismos, ciudadanos y comunidades, deben abstenerse de cualquier intromisión, porque hay una línea que se impone, dada la delicadeza que requiere el manejo a la política exterior de una nación. Solo el mandatario y su canciller -previa autorización- tienen facultades para pronunciarse sobre estos sensibles aspectos. La totalidad de los funcionarios gubernamentales, asesores y demás organismos tienen la obligación de guardar silencio.
Opiniones puede haberlas, de parte de los ciudadanos, más no de quienes están dentro del gobierno.
Nadie ha podido entender la intromisión del ministro de Defensa en las relaciones de Colombia con Irán, país con el que mantenemos buenas relaciones desde hace décadas. Otra cosa es hablar de Hezbolá, como grupo terrorista.
Nuestras relaciones con Israel han sido valiosas, productivas y edificantes, pero de ahí a inmiscuirnos en sus problemas, es una zalamería innecesaria.
Casa de Nariño determinó que el presidente no puede viajar, ni estar en una misma ciudad, con su canciller. Por ello rellenó el avión presidencial con cuanto espécimen se encontró, dejando a la Canciller fuera de la comitiva. Ella en uso de sus funciones se fue al Japón en misión oficial, mientras Duque se recreaba por Europa y el Oriente, a donde le cayó el ministro Molano.
Como nadie de este gobierno puede quedarse callado cuando ve un micrófono o una cámara, se obnubiló y sacó toda su artillería contra Irán, para congraciarse con Duque e Israel. Enarboló así, la bandera del canciller de la guerra.
Aunque la ropa sucia se lava en casa, cualquier país hubiera afilado la pluma presidencial para sentenciar que no son lícitas las intromisiones en las funciones del presidente. Un “paso en falso” se debe pagar con un “paso afuera”.
Duque no puede quedarse sin funciones, no puede convertirse en un simple viajero recolectando dinero, tecnología y apoyo que dice traer para nuestra recuperación, tras la funesta pandemia.
¿Qué actitud debe adoptar la canciller Marta Lucía, a quien Molano dejó sin funciones?
Muchos especulan que habrá una especie de “crisis ministerial”, para poder salir de Molano, sin que pueda él -que nació en el Hospital Militar y estudió en colegio castrense- enfadarse con este gobierno.
El sol a las espaldas suele golpear más duro, cuando las cosas se le salen de las manos al hombre que tiene el timón.
BLANCO: El abogado y periodista Alberto Abello pide declarar nula candidatura de David Barguil. “Fue a dedo”.
NEGRO: Por culpa de Vanti, cortan gas a centenares de usuarios. Les falló el sistema de cobro. ¡Qué irresponsabilidad!