El próximo 7 de agosto, cuando con actos y regocijos públicos (como dice la Ley Fundamental de Angostura de 1819) se cierre la conmemoración del bicentenario de la Batalla de Boyacá, comenzará la celebración del centenario de un colombiano sin igual, Otto Morales Benítez, quien nació el 7 de agosto de 1920 y falleció el 23 de mayo de 2015.
Cuando yo era niño, a seis casas en línea de la mía, estaba ubicada la vivienda del doctor Javier Ocampo López y, los muchachos de la cuadra en el barrio Belalcázar de Tunja, nos juntábamos para escuchar desde el antejardín a Javier tocando el piano o el clarinete y disfrutar la felicidad de las continuas visitas de su paisano caldense Otto Morales Benítez, quién con su sonora carcajada matizaba el silencio y la tranquilidad de la ciudad de don Gonzalo Suárez Rendón.
Otto Morales Benítez fue uno de esos liberales queridos, que no tenía la resistencia del sectarismo, pues era admirado por los conservadores por su simpatía y por su humanismo, que lo llevó a publicar casi 200 libros (30 de ellos en coautoría). Sin embargo, alguna vez le escuché al hijo de un ex ministro conservador de educación, que Otto Morales no era el más humano de los autores, sino el más autor de los humanos, típico comentario de las envidias de las que incluso he sido víctima, pero, Miguel de Cervantes, con claridad señalaba en la Parte II, Capitulo III del Quijote: "Los hombres famosos por sus ingenios, los grandes poetas, los ilustres historiadores, siempre o las más veces, son envidiados de aquellos que tienen por gusto y por particular entretenimiento juzgar los escritos ajenos sin haber dado algunos propios a la luz del mundo".
Para preservar la memoria de este humanista, fue fundado por Adela Morales Benítez de Look y Olympo Morales Benítez, el Centro Otto Morales Benítez – Centotto, con el fin de estudiar la prolífica obra de su padre y, desde su compromiso con la Academia, presentar, entre otras en la Universidad del Área Andina, la Cátedra Otto Morales, donde se desarrollan planteamientos importantes para el conocimiento y entendimiento de nuestra realidad nacional, social, económica y política. El objetivo principal del centro es tener la información disponible que pueda ser utilizada por quien la requiera para el estudio de los planteamientos centrales de la obra de nuestro personaje.
Como periodista, dirigió durante cuatro años el Suplemento “Generación”, del diario “El Colombiano” de Medellín, en el cual se presentaron los grandes cambios que dieron un giro, en Colombia, a la crítica literaria y al ensayo, insertándolos en una perspectiva pluralista y abierta a los nuevos escritores, siendo desde esas galeras un intérprete de los grandes momentos y fenómenos culturales e históricos de Colombia.
Durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo, Morales fue ministro de Trabajo y de Agricultura y más tarde sería pre candidato presidencial, pero su misma verticalidad lo llevó a renunciar a tal posibilidad. Sin embargo, el título eterno de ex ministro lo adornó hasta sus últimos días. Hoy en día cobra vigencia la re lectura de su libro “Papeles para la Paz”, así como el titulado “Teoría y aplicación de las historias locales y regionales”, pues Morales analizó las causas de la violencia y participó de la comisión gubernamental para investigar ese fenómeno fratricida en nuestro país.
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