Parece ser que el circo petrista no se ha dormido en los laureles. En tan solo una semana los colombianos conocimos aún más derroche estatal que tiene al país indignado. Les cuento por encima: $ 106.000 millones de sobrecostos de Colpensiones, $ 9.000 millones en camionetas para la Contraloría, $ 19.000 mil en uniformes de la Policía que ya se habían contratado, $ 2.900 millones que le entregó Sarabia al partido Comunista y la Unión Patriótica y, bueno, lo más grave, los $ 58.000 millones de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) en contratos de prestaciones de servicio.
Lo anterior sería una más de esas semanas en donde el petrismo se luce por la infinidad de escándalos y corruptelas, pero, como todos sabemos, el país está viviendo una de sus peores crisis ambientales debido a múltiples incendios.
Pareciera, dejando la ironía a un lado, ¡qué de verdad un circo estuviera manejando el Estado! Conocimos que el suspendido director de la UNGRD no solo abusó de su cargo para beneficio propio, sino que tampoco trabajo. La entidad nunca realizó el giro que se necesitaba para reparar el avión Hércules de la Fuerza Aérea que cuenta con un sistema especial para combatir incendios.
Por eso, hemos visto casi una decena de helicópteros utilizando un sistema denominado como “Bambi Bucket” que es insuficiente, costoso y peligroso. Con el avión, a lo mejor, no se hubiera podido atender todos los incendios, pero sin lugar a dudas, este hubiera reducido drásticamente los tiempos y alivianado los esfuerzos en tierra.
Nada de esto sucedió, el gobierno jamás se preparó para prevenir las consecuencias de un fenómeno que es bastante predecible como el Niño.
Se dedicaron a hacer su política favorita: cero acciones, mucho discurso. Le quitaron $ 24 mil millones a bomberos y la UNGRD solo ejecutó el 15% de los 2 billones de presupuesto que tenía disponible. ¡Gravísimo! Claro, no era gastar por gastar, pero sí prever que las zonas de alto riesgo estuvieran dotadas con los equipos necesarios, que sus cuerpos de bomberos estuvieran preparados, que las aeronaves como el Hércules estuvieran operativas y que los gobiernos locales estuvieran listos para enfrentar cualquier escenario.
Nada, de nada. Da sincera rabia que el maestro de ceremonias (Petro) de semejante circo que es este gobierno solo se pronunciará días después cuando por fin retornó de su “agenda privada”.
Ya no solo es el derroche diario que nos indigna, es la indolencia e irresponsabilidad con la que gobiernan. El costo ambiental será altísimo, tesoros naturales como el páramo de frailejones y decenas de hectáreas de bosque que se quemaron serán difíciles de recuperar. Irónico que esto suceda durante el gobierno “Potencia de Vida”, alguien que les diga que no se salva el mundo ni el país viajando y dando estériles conferencias.
Próxima columna: “Los costos que implicarán las reformas legislativas del circo”.